Viernes, 9 de diciembre de 2011   |   Municipales

Sufrió un ACV la mujer a la que le impidieron el aborto terapéutico

Padecía una patología cardíaca muy grave por lo que los médicos indicaron un aborto terapéutico. Un médico antiabortista impidió la intervención en agosto. Ahora, en medio de la cesárea sufrió un ACV
La mujer con una patología cardíaca muy grave, a la que le suspendieron en agosto, sin su consentimiento, un aborto terapéutico en Paraná, sufrió un accidente cerebrovascular isquémico, que le produjo una parálisis del brazo y la pierna izquierdos, una semana después de ser sometida a una cesárea. La mujer de 36 años, es oriunda de una localidad semirrural entrerriana, a unos cien kilómetros de Paraná de clase baja y sin recursos. Sufre una patología cardíaca congénita, que le ocasionó un cuadro de deficiencia de oxígeno crónica, entre otras complicaciones. Los médicos le habían indicado un aborto terapéutico porque sus antecedentes cardiovasculares hacían inviable el embarazo. La intervención no se hizo, la mujer fue sometida a cesárea y sufrió un accidente cerebrovascular. “Convocamos a seguir trabajando para exigir castigo a los responsables para que no haya más mujeres víctimas de la violencia médica y política”, afirmaron Carolina Comaleras y Silvia Primo, representantes del Conders en Entre Ríos.Los médicos que la atendían en el Hospital San Roque, de Paraná, evaluaron que la gestación ponía en riesgo su vida. Por esa razón, el 4 de agosto se acordó en un ateneo interdisciplinario realizado en ese hospital que se le realizaría un aborto terapéutico, contemplado en las excepciones previstas en el artículo 86 del Código Penal. La mujer dio su consentimiento, que quedó plasmado en la historia clínica. Se determinó que la práctica se haría en el Hospital San Martín, de la misma ciudad, una semana después. Pero cuando estaba entrando al quirófano, irrumpió un médico conocido por su militancia antiabortista, que amenazó a sus colegas con denunciarlos si seguían adelante con la intervención, que se suspendió. La gestación llevaba entonces 19 semanas. Luego fue trasladada de urgencia al Hospital Posadas, donde tampoco le practicaron el aborto. La negativa a realizar la intervención, poniendo en riesgo su vida, fue denunciada por el Conders ante la Defensoría del Pueblo de Paraná y de la Nación, a las autoridades de Salud de la provincia y del Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva. Mónica quedó internada en el Posadas en reposo absoluto, lejos de su familia, y bajo estricto control, hasta que el 25 de noviembre le hicieron una cesárea y dio a luz a su hija. La beba nació de 32 semanas, con 2,040 kilos. En un primer momento madre e hija estuvieron bien. Pero a los siete días la mujer sufrió un accidente cerebrovascular isquémico, que le dejó una parálisis en el brazo y la pierna izquierdos. Estuvo en un primer momento en terapia intensiva y pasó luego a terapia intermedia. Ahora, los médicos que la atienden están evaluando qué secuelas le dejará el ACV. Y cómo podrá continuar su vida, con la salud aún más frágil. Ahora está internada en el Hospital Posadas, de Haedo, adonde fue derivada desde Entre Ríos el 14 de agosto, dado que su embarazo era de alto riesgo. “Está asistida con oxígeno, pero sin respirador. Se está evaluando la extensión del daño. A todas aquellas personas que no apoyaron a Mónica, que miraron para otro lado, que buscaron excusas para desacreditarla, que se creyeron dueños de su vida y se lavaron las manos, que Dios las perdone”, dicen desde el Consorcio Nacional por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Conders), una red de ONG que acompañó a la mujer durante su internación. “Convocamos a seguir trabajando para exigir castigo a los responsables para que no haya más mujeres víctimas de la violencia médica y política”, afirmaron Carolina Comaleras y Silvia Primo, representantes del Conders en Entre Ríos. El Conders es un colectivo de organizaciones de la sociedad civil que monitorean el cumplimiento del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. Una de sus referentes es Mabel Bianco, de la Fundación Estudios e Investigación de la Mujer (FEIM).

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