En el detalle del edicto publicado ayer aparece una extensa columna de los bienes muebles, entre los que se pude encontrar de todo: estufas, una variedad de herramientas, repuestos y rezagos de auto partes de motores de colectivos usados, muebles, cubiertas y hasta 9 sillas metálicas “en mal estado”, se aclara. En tanto, en el apartado dedicado a los automotores, aparecen 18 unidades, que se estiman serían los viejos colectivos amarillos con los que la empresa cumplió los recorridos de la línea 5 hasta fines de 2004. Otro de los bienes que saldrá a remate es un inmueble ubicado en calle Magallanes al 1.400. El dinero que se reúna de la venta irá seguramente a cubrir el pasivo que arrastraba la transportista. Aunque, se estima que resultaría insuficiente pues habría una abultada deuda por pagar, publicó El Diario.
Entre los acreedores aparecen los empleados que se desempeñaron en la firma, quienes reclaman aportes jubilatorios y remuneraciones, y la Unión Tranviaria Automotor (UTA), según aseguró el secretario general del gremio, Juan Carlos Dittler. Por ejemplo, la deuda que reclama la UTA ronda los 300 mil pesos en concepto de aportes a la obra social y cuota sindical, indicó Dittler.
Así las cosas, el titular del gremio dijo que “lo principal y lo primero es que los trabajadores puedan acceder a sus acreencias”. Es que –apuntó– hay casos que la deuda por aportes jubilatorios suma más de 10 años.
El 11 de noviembre de 2004 y mientras se desarrollaba un paro de choferes, la Municipalidad de Paraná resolvió decretar la caducidad parcial de la concesión a la Asociación de Transporte Urbano de Pasajeros (ATUP), afectando directamente a Martín Fierro, una de las cuatro empresas que integraba la organización que brindaba el servicio de colectivos en la ciudad.
Con la medida, plasmada en el decreto 1.571, inmediatamente la firma debió dejar de operar y la prestación, junto a 67 trabajadores de la Martín Fierro, pasó a ser responsabilidad de la ATUP.




