El domingo, el primer ministro británico Keir Starmer habló con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre los esfuerzos para lograr un “final justo y duradero” de la guerra en Ucrania, informó Downing Street en un comunicado oficial.
Según el resumen de la llamada divulgado por la oficina de Starmer, ambos líderes iniciaron la conversación “reflexionando sobre la guerra en Ucrania” y trataron el trabajo de la llamada Coalición de los Dispuestos, un grupo de países que brinda respaldo político, militar y financiero a Kiev.
Starmer informó a Trump de los avances de esa coalición, cuyo objetivo es respaldar cualquier posible acuerdo de paz y asegurarse de que el cese de las hostilidades no deje a Ucrania en una posición de vulnerabilidad frente a Rusia, añadió el comunicado.
La conversación tuvo lugar en un contexto diplomático tenso. Durante el fin de semana, negociadores estadounidenses se reunieron en Florida con delegaciones ucranianas y rusas para sostener nuevas conversaciones destinadas a explorar vías que pongan fin al conflicto.
Es la ronda más reciente de contactos en el marco de un plan de paz impulsado por la administración de Trump, que procura un entendimiento simultáneo con ambas partes del conflicto.
Aunque no se han divulgado detalles de las conversaciones, estas iniciativas han generado expectativas moderadas sobre la posibilidad de una salida negociada al conflicto iniciado en febrero de 2022, cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala del territorio ucraniano.
Desde entonces, el conflicto ha causado decenas de miles de muertos, millones de desplazados y una profunda reconfiguración del equilibrio de seguridad en Europa, además de sanciones económicas masivas contra Moscú y un respaldo militar sostenido de Occidente a Kiev.
La charla entre Starmer y Trump también abordó asuntos bilaterales. Downing Street señaló que ambos dirigentes discutieron el nombramiento de Christian Turner como nuevo embajador británico en Estados Unidos.
Turner sustituirá a Peter Mandelson, quien fue apartado del cargo después de que salieran a la luz correos electrónicos en los que expresaba apoyo a Jeffrey Epstein, el financiero estadounidense condenado por delitos sexuales.
El cambio en la embajada suma una dimensión política interna en un momento en que Londres busca conservar una relación fluida con Washington, tanto en seguridad europea como en comercio y política exterior.
Para el Gobierno británico, el alineamiento con Estados Unidos sigue siendo clave en cualquier arquitectura de paz para Ucrania, sobre todo ante la incertidumbre acerca de las garantías de seguridad que podrían brindarse a Kiev en caso de un alto el fuego o un acuerdo negociado.
La evolución de estos contactos diplomáticos en las próximas semanas será decisiva para determinar si las conversaciones promovidas por Washington pueden transformarse en avances concretos, o si, nuevamente, toparán con las profundas diferencias entre Moscú y Kiev respecto al futuro del territorio ucraniano y su lugar en el sistema de seguridad europeo.




