Jueves, 4 de diciembre de 2025   |   Policiales

Sospechas políticas por 134 kg de marihuana en el borde costero: llamado misterioso y operativos bajo lupa judicial

Sospechas políticas por 134 kg de marihuana en el borde costero: llamado misterioso y operativos bajo lupa judicial

“Raro” es la palabra que aparece una y otra vez cuando se pregunta por el cargamento de 134 kilos de marihuana hallado el pasado lunes en la zona norte de Paraná, a la vera del arroyo Las Conchillas. El hallazgo ocurrió en un sector que este año fue escenario de enfrentamientos entre los propietarios de los campos y un grupo de familias de pescadores que vivieron allí por generaciones, hasta que terminaron abandonando el lugar tras denuncias por hechos violentos.

El llamado telefónico que reportó el hallazgo y que luego dejó de existir, la supuesta lancha, el tipo de droga y su posible destino son algunas de las rarezas que mencionan quienes trabajaron en la causa. Lo que no sorprende es que ese sector del río Paraná sea, desde hace décadas, un punto de descarga de estupefacientes para su distribución en Paraná o para su traslado hacia otras ciudades de la provincia o destinos más lejanos.

La versión predominante indica que alrededor de las 13.30 del lunes el jefe de la comisaría séptima recibió un llamado en el que un pescador dijo haber visto una lancha negra con dos motores cuyos ocupantes descargaron bultos en la costa de un campo ubicado en la calle Walter Grand al final.

Hay datos contradictorios sobre si ese predio pertenece a Armándola/Folonier o a Todoni. También existen versiones opuestas acerca de la facilidad para sacar un cargamento desde ese punto hacia la ruta y el Acceso Norte.

El llamado

La llamada del pescador fue grabada en el celular del jefe de la comisaría y en ella se escucha lo siguiente:

Comisario (C) y Pescador (P)

C: —Comisaría Séptima buen día ¿Hola?

P: —Hola. Sí ¿con el comisario de El Brete?

C: —Sí, buen día.

P: —Hola, buen día. Discúlpeme, le quería hacer una denuncia. Acá estoy pescando en Las Conchillas. Vino recién una lancha negra con dos motores y han tirado unos bultos acá al lado del barco. Donde está el cartel, al lado del barco. En Las Conchillas hay un cartel que dice propiedad privada. Recién se fueron para el lado del norte.

C: —¿Y dejaron los bultos ahí?

P: —Se fueron a la m***.

C: —¿Se fueron con los bultos?

P: —No, lo tiraron, están ahí los bultos.

C: —¿Vos me podés mandar la ubicación?

P: —Bien en Las Conchillas donde está el barco, del lado de Paraná-

C: —¿Pero para qué lado? No sé dónde queda Las Conchillas yo.

P: —Acá para el lado de Villa Urquiza.

C: —Vos estás hablando con la séptima.

P: —Con El Brete.

C: —Sí, comisaría séptima.

P: —Ajá.

C: —O sea ¿vos estás diciendo ahí en lo que está… sería de calle Grand al final?

P: —Sí, sí, sí, ahí mismo.

C: —¿Vos entrás a la tranquera, para allá abajo?

P: —Ajá, ahí mismo, nos vamos nosotros, ya le avisé, me da miedo. Chau.

El llamado puede ser auténtico en todos sus términos, aunque desde el inicio algunos investigadores plantearon dudas. No está claro dónde exactamente se ubicaba el pescador cuando observó lo que describió, porque no lo especificó. También resulta extraño el detalle de la lancha “negra con dos motores fuera de borda”: el color podría explicarse, pero el uso de dos motores suele asociarse a otro tipo de navegaciones, más propias del mar que del río.

Otra inquietud fue por qué el pescador se comunicó directamente al celular del jefe de la comisaría en lugar de marcar el 911. Hoy muchos vecinos tienen agendados los teléfonos de las comisarías de su jurisdicción, pero en esa zona no parece ser lo habitual.

Más adelante, en la investigación, aparecieron nuevas interrogantes: no se logró ubicar al testigo clave ni siquiera al titular de la línea desde la que se hizo la llamada: el número quedó apagado, no figura en WhatsApp ni en el registro de Mercado Pago, que suelen ser los primeros recursos para rastrear la identidad. Pudo intentarse otras vías, pero aparentemente esa línea o ese equipo dejaron de existir.

El hallazgo

El jefe de la comisaría séptima envió personal de la dependencia para verificar la denuncia. En la orilla hallaron 18 bultos: 16 rectangulares y dos circulares. Avisaron a la Jefatura Departamental Paraná, que se hizo presente, y notificaron a la Fiscalía de Atención Primaria. Recién a las 16 fue convocada la Dirección de Drogas Peligrosas, encargada del peritaje correspondiente. Confirmaron que se trataba de marihuana y que el peso total superaba los 134 kilos. Desde Drogas Peligrosas se puso la situación en conocimiento de la Justicia Federal.

Muchos recuerdan la “mala experiencia” de marzo, cuando se hallaron unos 40 kilos de cocaína y durante bastante tiempo no hubo intervención de la Justicia Federal. Tampoco se identificaron responsables de esa droga ni de la supuesta “cocina”, lo que generó malestares y tensiones entre autoridades e instituciones.

Se considera que, ante la sospecha elemental de que se trate de estupefacientes, como ocurrió el lunes, corresponde dar intervención inmediata al Juzgado y a la Fiscalía Federal; no hace falta abrir los bultos para constatarlo. En aquella ocasión tampoco se habilitó la intervención de la Unidad Fiscal de Narcomenudeo de Paraná para adoptar medidas urgentes si hubiera sido necesario.

El miércoles la causa llegó formalmente a la Fiscalía de Paraná y en los próximos días se solicitarán medidas para intentar esclarecer lo ocurrido.

En el lugar también trabajó personal de la Prefectura Naval Argentina; intercambiaron información con autoridades de la Policía provincial, aunque nadie tenía registro de una embarcación con las características descritas por el pescador. En cambio, barcos y barcazas navegan por allí con frecuencia.

Además, dos o tres días después del hallazgo un puestero del campo de Todoni avisó a la Policía haber observado movimientos extraños en la zona: vio una camioneta con un tráiler, aunque no lo vinculó inmediatamente con la droga y pensó en una posible situación de abigeato. Quedaron en que, ante cualquier novedad, avisaría; no se registraron más llamados.

Por los anteriores conflictos, los dueños de los campos instalaron un sistema de monitoreo que apunta al sector donde, según la hipótesis, se produjo el desembarco. Son cámaras con activación por movimiento; descargaron las grabaciones y están siendo analizadas.

¿De quién es la droga?

Tampoco está claro a quién pertenecía el cargamento. Se trata de una zona donde históricamente operaron los distintos jefes narcos de turno en Paraná, que recibían droga que llegaba desde el norte por vía fluvial. La diferencia es que hace mucho tiempo no se registraban lotes de esta magnitud en el área. Sí se trafican y comercializan kilos sueltos, pero —ya sea porque no conviene al negocio o por riesgo— no era habitual el traslado de cientos de kilos en episodios conocidos públicamente.

Quienes trabajan a diario en casos de narcomenudeo en Paraná sostienen que la marihuana prensada perdió relevancia en el mercado, dado que se incrementó la oferta y la demanda de flores de cannabis, o de versiones consideradas de mayor calidad —aunque con igual o peor daño para la salud pública. Tanto por circuitos locales de cultivadores como por lotes mayoristas que llegan desde Paraguay, circula desde hace tiempo un tipo de marihuana distinto al clásico prensado que apareció en el cargamento del lunes.

Por eso, varios investigadores de la Policía y de la Justicia sospechan que el destino final de ese cargamento no era Paraná, sino que debía continuar su viaje hacia otro centro urbano más grande.

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