
Adormecida por la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, la soja en la Bolsa de Chicago se reactivó en el marco del entendimiento al que arribaron ambas potencias la semana pasada tras el encuentro entre Donald Trump y su par Xi Jinping en Corea del Sur. China, que había frenado sus compras en EE.UU., adquirirá, según el gobierno norteamericano, 12 millones de toneladas de la oleaginosa estadounidense hasta fin de año. La suba ya venía impulsada por los rumores del pacto y se coronó ayer con un alza que en Chicago ubicó la posición enero en US$416,77 [hoy opera en baja por una toma de ganancias], el precio más alto en los últimos 16 meses. Para la Argentina, el traslado no fue directo y ese mercado incluso se despegó del país. No obstante, se espera un efecto positivo por el lado de su principal producto de exportación: la harina de soja. Los expertos estiman que el grano que queda por vender se valorizó en 375 millones de dólares, hasta US$6540 millones.
Como parte de la guerra de aranceles con los Estados Unidos, en los últimos meses China —el principal comprador del grano con más de 100 millones de toneladas— redireccionó sus adquisiciones básicamente a Brasil y, en menor medida, a la Argentina. La soja argentina se vende en su mayoría como harina de soja al mundo y, en proporción menor, hasta 8 millones de toneladas según el año, como grano; en este último caso, principalmente a China. Esa nación no es una compradora clave de harina de soja: ese rol lo ocupan individualmente Vietnam y, como bloque, la Unión Europea.
Según contó a LA NACION Eugenio Irazuegui, analista de Zeni, tras la cumbre en Corea del Sur el optimismo sobre la relación entre ambos mandatarios concentró la atención en la operatoria internacional. Ayer, recordó, se emitió un comunicado del gobierno chino donde señalaba la suspensión de los aranceles implementados hace ocho meses que encarecieron los productos agrícolas estadounidenses con un 20% para el poroto. “Esto crea un marco propicio para que los importadores chinos se vuelquen de lleno al mercado norteamericano y se consolide su demanda para dicha procedencia”, indicó el analista.
La soja argentina se exporta en su mayor parte como harina
Además de los 12 millones de toneladas comprometidos de compra en los próximos meses, China comprará, según una hoja de ruta publicada por la Casa Blanca, al menos 25 millones de toneladas de soja norteamericana por año en 2026, 2027 y 2028. “Estas circunstancias, sumado al hecho de que importadores chinos volvieron a recurrir a soja de procedencia estadounidense para asegurarse cargamentos, propició una escalada de precios en la plaza de Chicago. Previendo una demanda china más orientada a EE.UU, se descomprimen las primas sudamericanas y, en consecuencia, los precios FOB de exportación de nuestro país han exhibido alzas mucho más limitadas”, expresó Irazuegui.
De acuerdo con el experto, en las tres semanas previas la soja en Chicago ya había registrado una suba del 9,6%, más de US$35 por tonelada, hasta US$405. En igual lapso, el precio FOB de exportación del producto argentino se revalorizó un 6,5%, unos US$25 por tonelada, y esa mejora se explicó por el desempeño internacional de los valores de la harina de soja.
Para el analista, queda un stock de soja argentina de la campaña pasada por vender de 11,70 millones de toneladas. A ese volumen hay que sumar, dijo, 3,3 millones de toneladas entregadas pero sin precio fijado por el productor. En total son unos 15 millones de toneladas “expuestos” a los cambios en las cotizaciones. En este contexto, para Irazuegui el saldo por comercializar se ha valorizado en aproximadamente US$375 millones, hasta US$6540 millones.
Juan Manuel Uberti, analista de Grassi SA, consideró, por su parte, que la valorización de la oleaginosa por vender ronda los US$100 millones. Así lo destacó: “Si uno toma el mismo periodo de tiempo en que la soja subió en Chicago desde el 22 de octubre un 8%, US$30, y en la Argentina replicó tanto en la disponible como en la posición enero unos 6 y 10 dólares, respectivamente, esto significó una valorización de aproximadamente unos 100 millones de dólares”. Aclaró que el rally en la Bolsa de Chicago se inició aproximadamente el 15 de octubre último —cuando ya circulaban los rumores sobre el entendimiento— y en la Argentina la firmeza “se desató” a partir del 22 de octubre.
Para Uberti, en el actual contexto no debe olvidarse que la Argentina transita un mercado “distorsionado aun por la quita de retenciones, con mayor capacidad de pago, que se va terminando de a poco a medida que origina [la mercadería] que falta [para exportar”.
El presidente chino, Xi Jinping, a la derecha, saluda junto al mandatario estadounidense Donald Trump en el Aeropuerto Internacional de Gimhae, en Busan, Corea del Sur, la semana pasada Mark Schiefelbein – AP
En opinión de Paulina Lescano, analista del mercado de granos, el aumento que registró el mercado de Chicago no se trasladó a los precios locales. Lo explicó así: “Justamente subió porque se espera que más demanda de soja vaya a los Estados Unidos, más allá que ahora está en duda”.
Para Lescano, lo que sí puede considerarse positivo para la Argentina es que la harina de soja, que venía de mínimos desde 2016, “tuvo una fuerte suba tanto en Chicago como en los valores FOB de Argentina”. En Chicago subió un 16% y en la Argentina más de un 20% [US$55 desde el 13 del mes pasado]. “¿Por qué no se trasladó aún a los precios locales? Porque en el corto plazo no quedaría mucho por vender de la soja disponible, pero si sigue con esa tónica la harina será positiva para la nueva campaña”, reflexionó.
Diego de la Puente, socio de Nóvitas, dijo que, si sube Chicago, como ocurrió, la Argentina también lo hace en su precio, aunque en menor medida. Un reporte de la firma muestra que el FOB Spot de Estados Unidos subió US$51 desde el 17 de octubre último; la mercadería disponible, US$36,84; y las posiciones julio/mayo 2026, US$33,34. En la Argentina los incrementos fueron de US$31, US$5,5 y US$5,7 por tonelada, respectivamente.
Comparación de las subas en Chicago y la Argentina



