Juan Carlos Grinóvero, hermano del dueño de casa, de 63 y que se domicilia en Avda. Almafuerte al 200 de nuestra ciudad, aseguró que los malvivientes “no se llevaron 20 mil pesos como trascendió en un primer momento” y que “nunca” habían retirado esa cantidad de dinero de un banco paranaense, al manifestar que no manejan esos montos en la actividad que desarrollan. “El dinero que se llevaron los delincuentes no alcanzaba a los 5 mil pesos. Ese era el monto que había en la casa y en poder de todas las víctimas. Nosotros nunca manejamos esa cantidad de dinero en efectivo”, enfatizó.Otros de los puntos que quiso aclarar fue que “cuando me vi amenazado me trabé en lucha con dos de los delincuentes, los tres estaban armados y enmascarados, hasta que uno de ellos me golpeó en la frente con el caño del arma que portaba”. “Eso me produjo un importante corte en la frente con la consecuente pérdida de sangre lo que, seguramente, impidió que continuaran golpeándome e, inclusive, me dieron una toalla para contener la sangre”, dijo, mostrando la herida punzo-cortante suturada que tiene sobre su zona frontal izquierda.Grinóvero detalló que “cuando ingresé a la casa, en un primer momento creí que era una broma, pero al ver a mis familiares y al pibe maniatados, me trabé en lucha con los ladrones. Alcancé a dominar a uno de ellos pero el otro se me vino encima por detrás y caímos los tres sobre una silla de plástico. No fue que me abrieron la cabeza con la silla cuando reaccioné, sino que me dominaron cuando uno de ellos me golpeó con el arma. Dos de los tipos estuvieron con nosotros todo el tiempo pero el que tenía la voz cantante y daba las ordenes, estaba afuera y nunca se dejó ver”.RAROS DETALLES “Hubo otros detalles muy raros en el asalto. Nos devolvieron los relojes que ya nos habían sacado para atarnos y, lo más insólito, fue que uno de ellos le devolvió a mi cuñada, porque ella se lo pidió cuando quedaron solo, un antiquísimo anillo de oro con sello que le había regalado el padre el día que ella cumplió 18 años”.Grinóvero enfatizó que el había llegado de casualidad a la casa de su hermano para dejarle unos repuestos “por lo que dejé en marcha mi camioneta, en la que se escaparon tras inutilizar los equipos de radio que utilizamos para comunicarnos entre nosotros. Increíblemente no cortaron la línea del teléfono fijo así que cuando conseguimos zafar de las ligaduras nos comunicamos con la comisaría de La Picada”.Juan Carlos Grinóvero, tras reiterar que los ladrones les dieron -a pesar de los fuertes golpes que recibió- “un muy buen trato” recordando además que “tenían un muy buen vocabulario”, quiso destacar el eficiente trabajo realizado por el personal de la comisaría de La Picada. “Cuando nos comunicamos con ellos y antes de dirigirse a la casa de mi hermano, montaron un operativo cerrojo con las otras seccionales de la zona para tratar de dar con los delincuentes”, graficó.Como se recordara, los malvivientes armados irrumpieron en la vivienda ubicada en la zona rural de Colonia Crespo, en el paraje conocido como Puente Carmona, y redujeron bajo amenazas al dueño de casa, Miguel Ángel Grinóvero, de 61, su esposa Beatriz Emilia Guerra, de 57 y al empleado, Ezequiel Schalpeter – le robaron una moto que fue recuperada rápidamente- de 17. Poco después llegó el hermano del primero, Juan Carlos Grinóvero, quién corrió la misma suerte. (El Diario)
