
Cristina Kirchner no solo es una pieza clave, el hipotético”rival perfecto”, en el plan reeleccionista de Mauricio Macri. Es,además, la apuesta -por la negativa- de Cambiemos para recuperar aire electoralen las provincias.
La ex presidente promete no meterse en las internas del PJ,como hizo cuando se corrió de la pelea en La Rioja o festejó la unidad en SanJuan, pero la marca K, y sus delegados locales, entraron en la temporada depulseo.
A Cambiemos los desencuentros en el PJ le permiten fantasear con elecciones competitivas. Este fin de semana hubo un primermovimiento: la Casa Rosada salió a castigar a Gustavo Bordet, el gobernador deEntre Ríos.
En ese territorio del litoral, se especuló que podría sercandidato Rogelio Frigerio -opción que parece desechada aunque todavía no sedijo la última palabra- pero el ministro se puso al frente de un operativo paralijar a Bordet y, en paralelo, para resolver sin PASO el dispositivo Cambiemos.
Iván Kerr, secretario de Vivienda nacional, salió a cruzar algobierno entrerriano por “la falta de obras” y acusó a la gestiónlocal de poner ” a la gente de rehén de su interés político”. Kerr esfuncionario del ministerio de Frigerio y su aparición no es casual.
El ministro del Interior, que tiene domicilio en VillaParanacito, hace una doble apuesta para poner a Entre Ríos en el modestopelotón de provincias donde Cambiemos puede aspirar a un resultado positivo. Nohay muchos.
Hay mucho de deseo en el plan Frigerio porque depende de dosmagias: que el peronismo no logre la unidad y que, además, el radicalismoacepte un acuerdo sin pasar por las primarias, como indica la hoja de ruta delministro.
En Entre Ríos, el plazo para la inscripción de alianzas esel 13 de febrero. Ese día se despejará una de las variables principales: siUnidad Ciudadana, que en esa provincia tiene un jefe, Sergio Urribarri, y uncandidato, Julio Solanas, decide ir por su lado, sin acuerdo con el PJ queordena Bordet.
Frigerio le reza a una estampita de Cristina para que desdeel Instituto Patria incentive la participación local del kirchnerismo.“Solanas mide bien”, dicen en Casa Rosada, como si trataran deconvencerlo de que se anote.
El ex intendente de Paraná ya perdió una interna por la gobernación,allá en 2011 (NdeR: fue en 2007), contra Urribarri, uno de sus actuales sponsors. Hizo unprelanzamiento en Villaguay, en diciembre, acto donde se difundió un videoenviado por la ex presidente.
Bordet, enfrente, administra los tiempos con la convicciónde que los peronistas de enfrente no romperán. En 2017, el gobernador juntó atodos el peronismo en la PASO más numerosa del año: doce listas (NdeR: fueron diez). Ese recursosigue vigente.
A la espera de una crisis que divida al peronismo; Frigerioda pistas sobre Cambiemos: pide que se busque una lista de unidad, sincompetencia en las PASO, y que la fórmula, que encabezará un radical, seaacordada con los intendentes.
Hay más letra chica ahí: ese candidato “no sería”,dicen en Casa Rosada, el diputado radical Atilio Benedetti pero tampoco lafigura que el PRO patrocina, el intendente de Basavilbaso, Gustavo Hein.
En Interior ponen en el foco tres dirigentes. El diputadoJorge Lacoste, ex Intendente de Sauce de Luna, Pedro Galimberti, alcalde deChajarí o Darío Schneider, de Crespo. Este último figura, en el relato PRO,como un “tapado” mientras según las encuestas de la Casa Rosada elque tiene mejores indicadores es Galimberti.
Uno de esos tres, con Hein como vice, y Benedetti dando unpaso al costado, es el formato que imaginan en el gobierno y aportan un datollamativo: dicen que Macri, según los datos oficiales, tiene una imagenpositiva de 43% y que a Cambiemos le conviene un candidato a instalar que vayaa capturar ese voto.
“Que no lime la marca Macri”, explican en elgobierno. Con eso, más la división del peronismo, Entre Ríos vuelve a entrar enel pelotón de provincias “ganables”, dicen en el macrismo.