Un pormenorizado informe elaborado por la titular del área, Patricia Castañeira, revela el uso discrecional de dinero del Estado por parte de Mariani, y por eso mismo recomendó al área legal del Ministerio de Salud y Acción Social que inicie acciones legales para que también evalúe cómo se utilizaron “fondos públicos destinados al servicio alimentario de los niños”.
En forma mensual, Mariani recibe un doble aporte. A través del plástico oficial, la tarjeta de crédito Sidecreer, la Asociación Jorge Newbery Este cuenta con un ingreso de 3.300 pesos; pero también está incluido en un programa nacional, el Fondo Participativo de Inversión Social (Fopar), por el cual recibe otros 4.300 pesos. Ese dinero se gira para la atención alimentaria de 170 personas, según el proyecto original, pero sucesivas auditorías pudieron determinar que ese número de comensales jamás se reúne.
A lo largo del año 2004, Mariani fue incrementando paulatinamente la partida que recibe a través de Sidecreer: en enero eran 1.120 pesos, y en noviembre, 3.300 pesos, y esa evolución se corresponde con el número de comensales que declaró atender en el comedor. Al inicio del año eran 100 personas, y el último mes, 203, aunque una constatación en terreno hecha por la Dirección de Comedores, en octubre, corroboró la presencia de nada más que 91 personas.
Las desprolijidades que se constataron en el comedor de Mariani no sólo tienen que ver con una sustancial diferencia en el número de comensales que asisten –declara 203 y las autoridades sólo comprobaron que van 91– sino también en la rendición de los fondos utilizados. El 12 de enero de 2004 presentó un comprobante de gastos (ilegible, dice el dictamen oficial) por 1.100 pesos por compras hechas en el Minimercado Don Raúl, ubicado en Zanni y Tibiletti, pero una vez cruzados los datos con Sidecreer se constató que la factura correspondía en realidad al 12 de enero de 2003.
El mismo comercio extendió la factura 2.330, del 27 de junio de 2004, a las 8.04, por 5,40 pesos; ese día, a la hora 8.06, extendió la factura número 2.327, por 57,58 pesos, sin guardar la correlatividad en el número de facturaciones hechas. La lógica matemática indica que, con el correr del día, los números de las facturas deberían aumentar, y no decrecer.
El informe producido por la Dirección de Comedores da cuenta, a su vez, que “resulta sospechoso” que en el mes de junio el Minimercado Don Raúl hubiera extendido el número de factura 2.334, y al mes siguiente, en julio, la numeración bajara al 2.318 en la facturación. En realidad, casi toda la facturación presentada por Mariani para justificar sus gastos en el comedor de Jorge Newbery Este corresponden al mismo comercio, y de ahí que se justifiquen las reservas puestas de manifiesto por Castañeira en su informe al destacar, por ejemplo, que en las rendiciones de septiembre “llama la atención que los cupones correspondientes a las facturas 2.596 y 2.598 sean realizados a la misma hora, 19.45”.
La sospecha sobre un eventual desvío de fondos del comedor llevó a Castañeira a reclamar a Sidecreer a principios de mes que le fuera “bloqueado” el uso de la tarjeta a Mariani, hasta tanto hubiera un dictamen definitivo del Tribunal de Cuentas. Ayer, como forma de protestar por la decisión de la funcionaria, Mariani intentó cortar la calle frente a la sede de Comedores, en Tucumán al 200, pero sólo consiguió reunir a poco más de 30 personas.
Castañeira evitó ahondar en declaraciones públicas aunque dijo que “cuando se observan algunas irregularidades, es común que se dé intervención al Tribunal de Cuentas. Pero este no es el único caso. Ya hemos actuado ante casos similares en la provincia, incluso hemos dado de baja a comedores fantasmas”. Aunque fue más allá al sostener que quiere evitar “tapar cosas sucias porque aquí están en juego las necesidades de los chicos”.