
Los 20 presentadores que, durante casi siete horas, ocuparon el auditorio de Diputados lo tenían muy claro. También lo tenía el centenar de personas que llenó el lugar para escucharlos —y los muchos que se quedaron afuera. Encabezaba la lista de quienes consideraban que se estaba presenciando un “hecho histórico” Marilú Quiroz, la diputada del PRO que impulsó el encuentro. ¿Pensaría lo mismo Martín Menem, el presidente de la Cámara que le dio el visto bueno? Es un misterio por qué hasta ahora el riojano optó por guardar silencio. Lo que sí resulta evidente es que jamás en la historia democrática argentina la corriente anticiencia y antivacunas, en pleno brote de enfermedades que se creían extintas como el sarampión, había logrado tener voz en un espacio tan relevante.
No fue la única novedad. La presencia estelar de la jornada —que tenía como motivo principal proponer la derogación de la ley de vacunación obligatoria— fue Chinda Brandolino. Es una médica famosa no sólo por sus diatribas contra las vacunas, sino también por las simpatías que ha mostrado hacia el “Fuhrer” (como llama a Adolf Hitler) y hacia algunos de los nazis más notorios del continente. La gestión de La Libertad Avanza lo admite todo.
Oscurantismo
Para dimensionar el currículum de Brandolino hay que empezar por lo siguiente: sobresalió en un evento en el que se escucharon afirmaciones como que las vacunas eran parte de un plan organizado por “Bill Gates, Warren Buffet y Soros, miembros de una secta satánica secreta, los Iluminati, que maneja el planeta” para reducir la población mundial (Federico Nazar, ex profesor de bioética); que habían sido diseñadas desde “el más allá” para “convertirnos a todos en robots humanos” (Lucía Langer, médica pediátrica); o que eran comparables a los experimentos que hacía el nazi Joseph Mengele (Andrés González Balcarce, médico).
Brandolino es una médica mendocina que se volvió casi una celebridad dentro del nacionalismo católico argentino. Casada desde los 18 años y madre de ocho hijos, fue consolidando su nombre en ese universo —especialmente dando charlas en eventos organizados por la revista Cabildo, una publicación que oscilaba entre posturas extremas y el nazismo— desde principios de siglo, hasta que en 2018 alcanzó su mayor notoriedad. Ese año, el primero del destape de la ola verde, Brandolino pasó del anonimato para el público general a convertirse en “la mujer de la ola celeste”.
Así la empezaron a apodar sus seguidores —en redes llegó a tener más de 100 mil seguidores en grupos creados por ellos— después de ser una de las voces más firmes contra la “ley de verdugos”, como llamó a la legalización del aborto. No fue sólo por eso: entonces la médica comenzó a mezclar su postura personal con afirmaciones conspirativas, como que “los fetos abortados se utilizan para elaborar las vacunas triples virales” o que durante esa práctica “el chiquito abre la boca y llora en silencio”. En el cierre del evento en el Congreso dio un paso más: allí sostuvo que la despenalización del aborto fue la “caja de Pandora” que “abrió el camino a los miles de males que suceden hoy”.
Su estrellato, sin embargo, llegó durante el confinamiento pandémico en 2020. En una entrevista que le hizo en Canal 9 la modelo Nicole Neumann, Brandolino expuso sus teorías: afirmó que las vacunas “contienen una solución metálica” (casi un anticipo de lo ocurrido luego en Diputados, donde hicieron desfilar, sin remera, a un jardinero que juraba que después de vacunarse contra el Covid empezó a imantar elementos metálicos con su cuerpo) y que “modifican el genoma humano”. Esa nota se viralizó y le valió el repudio de buena parte de la comunidad médica y científica.
Extremos
Pero Brandolino no es conocida sólo por sus opiniones pseudocientíficas; también por su trayectoria política. Fue columnista habitual de TLV1 —canal que manejaba Juan Manuel Soajes Pinto, un negacionista extremo que proponía “ponerle a los gays una soga en el cuello con una piedra y tirarlos al mal”—, fue precandidata a Presidente por UNITE, el espacio que integró al ex carapintada Juan José Gómez Centurión y a Amalia Granata y que hoy forma parte de La Libertad Avanza. Caída su candidatura, llamó a votar por Alejandro Biondini y en 2023 terminó en la lista de Santiago Cúneo.
Sus posiciones son extremas. En 2015 participó en un homenaje a Salvador Borrego, el escritor mexicano autor de “Derrota Mundial” (un libro que postula que en la 2º Guerra perdieron los buenos), quizá el nazi contemporáneo más conocido del continente. Allí Brandolino llamó “Fuhrer” a Hitler. Hoy, con apoyo del oficialismo, ella y la corriente anticiencia tienen lugar en el Congreso.





