| Entre Ríos EN LOS MEDIOS NACIONALES |
Domingo, 25 de noviembre de 2018

Señales de alerta en el tablero de control macrista (la cumbre de gobernadores en la que estuvo Bordet)

Señales de alerta en el tablero de control macrista (la cumbre de gobernadores en la que estuvo Bordet)

Desde que asumió la presidencia de la Nación, Mauricio Macrise sintió casi siempre más cómodo en su interacción con los actoresinternacionales que en sus relaciones con los distintos factores de poderlocales. Obtuvo en el mundo un nivel de comprensión mayor al que pudo conseguirdel empresariado, del sindicalismo, de la Iglesia, de la oposición y hasta dealgunos de sus socios políticos. La inminente Cumbre del G-20 puede constituirotra oportunidad para el mandatario argentino. También un serio riesgo, si serepitiesen las deficiencias que ayer exhibió un Estado incapaz de garantizar unRiver-Boca sin hinchas visitantes.

Pero no puede perderse de vista que no pocoslíderes de las potencias occidentales creen que el gobierno de Macri, más alláde sus limitaciones, encarna un intento de renovación y modernización frente alpopulismo y al aislamiento internacional de las administraciones kirchneristas.Esa visión es compartida por empresarios y potenciales inversores extranjeros,a quienes, por encima de la inflación argentina o el futuro del plan deestabilización macroeconómico del Gobierno, solo parece desvelarlos un temor: queCristina Kirchner pueda volver al poder en 2019 .

Once meses, el tiempo queresta hasta las elecciones presidenciales, suele ser una eternidad en laArgentina. Sin embargo, una luz de alerta se encendió en los últimos días en laCasa Rosada y en despachos de altos ejecutivos de empresas, cuando trascendióque una de las encuestas supervisadas por Jaime Durán Barba arrojó que elporcentaje de ciudadanos que aseguran que nunca votarían por Cristina Kirchnerresultó, por primera vez, inferior al de quienes afirman que jamás votarían porMacri.

Lo paradójico de ese dato es que los dos principales líderes de lapolítica nacional, Macri y Cristina Kirchner, son rechazados, cada uno en mayoro menor medida, por más del 50% de la ciudadanía. Una cuestión que provoca serias dudas frente a unaeventual segunda vuelta en los próximos comicios presidenciales. Otra encuesta,llevada a cabo entre el 20 y el 21 de este mes por la consultora Aresco, quedirige Federico Aurelio, brinda una pauta más clara del problema: cuando seconsultó a la ciudadanía qué actitud tomaría de cara a un hipotético ballottageentre Cristina y Macri, el 39,3% se inclinó por la expresidenta y el 38,8% porel actual jefe del Estado. Se trata de una diferencia mínima, que deja a ambosigualmente lejos de la mitad más uno de los votos. El mismo sondeo da cuenta deque los dos tienen una imagen negativa muy superior a la positiva: Macri poseeuna percepción negativa del 58,7% y una positiva del 35,8%, en tanto queCristina tiene el 55,5% de imagen desfavorable y el 39,4% de imagen favorable.

Estos datos estarían planteando una nueva dinámica en la opinión pública. Sihasta hace poco más de un año, tras las elecciones legislativas de mediotérmino, se creía que el camino de Macri hacia su reelección era poco menos queimparable, y si hasta hace pocas semanas existía la percepción mayoritaria deque, pese a todas las dificultades del gobierno nacional, Cristina Kirchnernunca podría retornar a la presidencia porque su techo electoral es demasiadobajo, hoy la perspectiva es otra.

El nuevo paradigma indica que hay un espacioelectoral vacante para quienes no están de acuerdo con la política de Macri niquieren que su antecesora vuelva al poder. Algunos analistas han comenzado adenominarlo el espacio de los “no-no” o de los “ni-ni” (niMacri ni Cristina). Este paradigma, que plantearía la alternativa para unatercera vía, como la que pretende encarnar el peronismo no K, o bien para laemergencia de una figura dentro de Cambiemos que no sea Macri, como, porejemplo, María Eugenia Vidal , es rechazado tajantemente en la Casa Rosada,donde se sigue apostando a la polarización con la expresidenta.

En el tablerode control del comando electoral macrista se siguen tres variables centrales,capaces de medir el grado de cercanía o lejanía de Macri a su reelección. Esastres variables son la percepción sobre la situación socioeconómica, el grado dedivisión de la oposición y el nivel de cohesión de la coalición oficialista. Elmejor escenario para el Presidente pasaría por una más rápida recuperación dela economía, por la consolidación de una fractura del peronismo entrekirchneristas y no kirchneristas, y por la ratificación de la continuidad deCambiemos. Si se dan las tres cosas, las probabilidades de que Macri seareelegido serían altas.

Los últimos días no fueron los mejores para losgenerales del macrismo que analizan la situación frente a la mesa de arena. Porun lado, la caída económica de septiembre colocó técnicamente a la Argentina enrecesión; por otro, el acuerdo alcanzado entre los distintos sectoresparlamentarios del peronismo y el kirchnerismo para arrebatarle un lugar en elConsejo de la Magistratura al oficialismo encendió otra alarma, ante la posibilidad de que ese entendimiento entre peronistas pudiera extendersemás adelante al plano electoral.

Finalmente, el malestar que provocó en elradicalismo lo ocurrido en el Consejo y el duro documento de la conducciónradical, que acusó de “impericia, mala praxis y desidia política” almacrismo, junto con las siempre resonantes frases de Elisa Carrió -“Estoycorrida y al margen de todo”, dijo-, volvieron a poner en duda el grado decohesión de la coalición Cambiemos, aunque nadie prevé por el momento unaruptura.

El agrandamiento de la mesa que reunió originalmente a Sergio Massa ,Miguel Ángel Pichetto , Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey , con laincorporación de siete gobernadores de las provincias de Entre Ríos, Misiones,Tucumán, Chaco, La Rioja, Chubut y Tierra del Fuego, tuvo también su impacto.Especialmente por un documento que, palabras más, palabras menos, parecíaseñalar que Cristina representa el pasado y Macri, el fracaso. Pero lasdisidencias dentro del grupo no son menores. Mientras que algunosrepresentantes del espacio no quieren saber nada con Cristina -“Ir conella a una interna sería estafar a la gente”, sentenció el salteñoUrtubey-, otros como el tucumano Juan Manzur reclamaron “una unidad sinexclusiones”. En el medio estaría el massismo, desde donde el dirigenteJuan José Amondarain admitió que la única posibilidad de que todo el peronismodirima su candidatura presidencial en una primaria abierta se daría si CristinaKirchner no se postulara. Esta última es hoy una opción poco probable, aunqueno imposible en la medida en que la natural sed de impunidad de unos y elsíndrome de abstinencia de poder de otros conduzca a los dirigentes peronistasa unirse como sea para vencer a Macri. Y ya hay algunos dirigentes, tanto kirchneristascomo no kirchneristas, que se preguntan qué pasaría si la expresidentaabandonara el camino a la Casa Rosada para postularse a la gobernaciónbonaerense.

No es poco sugestivo que el kirchnerismo esté llevando a cabo unaestrategia para despegar a su jefa de la corrupción de la última década, sinpor ello negar que pueda haber habido hechos ilícitos, de los cuales Cristinano habría sido, según sus defensores, ni judicial ni políticamente responsable.Una frase del dirigente social Juan Grabois es significativa al respecto:”Queremos que vuelva Cristina, pero sin los corruptos que avergonzaron alcampo popular”.

Es parte de una serie de movimientos tendientes apersuadir de que la expresidenta no estaba enterada de las coimas, los sobrepreciosy los negocios familiares incompatibles con la función pública. Abraham Lincolndecía que se puede engañar a todo el mundo algún tiempo y a algunos todo eltiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.

Déjanos tu comentario: