El titular de la vivienda, un hombre de 55 años retirado del Ejército, quedó involucrado en la figura delictiva de acopio de armas de guerra.
Desde la Policía se informó que más allá de que haya sido integrante de una fuerza de seguridad nacional, no tiene la autorización para recolectar tales armas.
La Justicia ordenó periciar las granadas y proyectiles de mortero para establecer si tenían carga explosiva. A priori, se entendió desde la Justicia que lo secuestrado estaba en óptimas condiciones.
Por otra parte, quedaron a disposición del juez de Instrucción en turno varias municiones y proyectiles de armas tipo FAL y otros gruesos calibres.
Los investigadores se encuentran tras las pistas de un fusil FAL, que en las últimas semanas fue visto en las inmediaciones de barrio Las Flores y en Lomas del Mirador.
El temor de la Policía es que con el uso indebido de tales armas en poder de la delincuencia se pueden llegar a producir situaciones violentas y extremas. Ante esto, se ampliaron los procedimientos para localizar armas ilegales. (Uno)