Miércoles, 18 de octubre de 2006   |   Municipales

Se va de la ciudad la remisera Capital

Fidel Verón, responsable de la remisera Capital, informó que resolvieron irse de Paraná y San Benito tras sufrir una serie de inconvenientes en el trabajo.
La firma, que abrió un conflicto al empezar a circular en la ciudad con una flota de 50 Fiat Uno 0km., había conseguido en la localidad vecina un permiso provisorio para funcionar ante la imposibilidad de obtener la habilitación en la capital provincial debido a que las cilindradas de los autos no coincidían con las estipuladas por ordenanza. “Todavía no tenemos un puerto fijo”, dijo ayer Verón, quien añadió que ya sacaron de San Benito la mayoría de los autos “por cuestiones de seguridad”. Es que, según enumeró, han sufrido una serie de “amenazas hasta con armas de fuego” y daños en los vehículos –hay siete rotos–, apuntó. El hecho que desencadenó la resolución de los titulares de la firma –Verón y un socio, ambos de Nogoyá– ocurrió el viernes, cuando la Municipalidad secuestró dos vehículos. Según relató, ese episodio terminó con Verón detenido por la Policía a causa de una denuncia presentada por la Comuna, que lo señalaba como autor de una lesión a uno de los inspectores que intervinieron en el procedimiento. Verón, quien niega esos cargos, explicó que a partir de ese momento decidieron dejar de circular, pararon los autos en San Benito y este lunes informaron a los 50 choferes que dejarían de operar en la zona. Respecto de la gente que quedó sin trabajo, solicitó a las empresas de remises contemplar la situación de los choferes que ahora han salido a buscar empleo en el rubro. Si bien Verón prefirió no dar detalles sobre el lugar adonde fueron trasladados los 50 autos de la firma “por razones de seguridad”, adelantó que posiblemente se instalen en alguna ciudad de la costa del Uruguay y no descartó que sea en Gualeguaychú. Ahí, sostuvo que la legislación está adecuada a la Ley Nacional de Transporte y no establece topes mínimos para las cilindradas como en Paraná. Los Fiat Uno de la empresa Capital tenían 1.3 cilindrada y se exige 1.6. La diferencia en ese aspecto técnico, fue la causa por la que la Comuna no habilitó los autos, que pese a no tener el permiso empezaron a circular. La situación irregular generó un fuerte conflicto, pues sectores de taxis reclamaron cada vez con mayor dureza que los vehículos fueran sacados de circulación, y la empresa en cuestión, por su parte, protagonizó una protesta con corte de calles neurálgicas de la ciudad. Al final, intervino la Justicia. (El Diario)

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