
Es sabido que las lluvias estivales suelen tener una distribución espacial y temporal muy desigual y que, en la presente campaña, el escenario climático está marcado por la presencia de La Niña. Ese contexto enciende una luz amarilla en el camino hacia la cosecha de los cultivos de grano grueso. “Hasta el momento, los maíces sembrados a mediados de septiembre no evidencian síntomas de estrés hídrico cuando se los recorre durante la tarde en jornadas con temperaturas superiores a los 30 °C”, admite un técnico del sur de Santa Fe. “Presentan muy buen estado general y cuentan con una reserva de humedad cercana a los dos metros en el perfil del suelo, por debajo de la capa superficial seca. No obstante, debe tenerse en cuenta que en esta etapa de floración el consumo hídrico del maíz ronda los 10mm diarios”, recuerda.
Por eso, el balance hídrico resulta bastante ajustado y serían necesarios alrededor de 100mm en los próximos 40 días para garantizar un llenado adecuado y un buen peso de 1000 granos. Con esos acumulados podrían alcanzarse rindes de tendencia o incluso superiores.
Se sabe que el período crítico del maíz abarca los 20 días previos y posteriores a la floración. La primera etapa ya se atravesó sin inconvenientes; queda completar la segunda, para la cual será clave que el agua no falte. De cara a las próximas semanas, los maíces implantados con bajas densidades —del orden de 60.000 a 65.000 plantas por hectárea— están en mejores condiciones para tolerar eventuales baches de lluvias que los implantados a 90.000 plantas.
Las precipitaciones también son necesarias para los girasoles en floración en el sur de Santa Fe. Hasta ahora presentan muy buen aspecto, aunque con bajo porte, al igual que los maíces. Por el momento no registran ataques importantes de isocas.
Las lluvias resultan asimismo clave para las sojas de segunda, implantadas luego de trigos con rindes cercanos a los 60qq/ha. Esos súper cultivos agotaron la humedad hasta los dos metros de profundidad, lo que obligó a demorar la siembra hasta la ocurrencia de chaparrones. Si bien la implantación avanzó después, aún hay muchos lotes con apenas 30cm de suelo húmedo, por lo que se requieren nuevas lluvias en 10 días.




