CÓRDOBA.- El Índice de Confianza del Empresario Agropecuario (ICEA), elaborado por CREA, se ubicó en 67 puntos, idéntico al registro de hace un año; no obstante, el indicador de perspectivas futuras alcanzó su mayor ponderación desde marzo. En contraste, la evaluación de la situación presente continúa “estancada”. Es decir, los encuestados observan el futuro con optimismo, pero son cautelosos respecto del presente.
Ariel Angeli, a cargo de la Unidad de Investigación y Desarrollo de CREA, plantea que la recuperación del ICEA está fundamentada en la “posibilidad de que el ordenamiento de la situación macroeconómica permita generar los cambios microeconómicos necesarios para mejorar la competitividad de los negocios y la sostenibilidad de las empresas, promoviendo así el crecimiento y desarrollo de las comunidades en las que operan”.
Del procesamiento de datos se concluye que los encuestados todavía no consideran que sea un buen momento para invertir: solo el 29% indica que las condiciones actuales son propicias para avanzar en ese sentido.
Álvaro Tomás, presidente del último Congreso CREA, recurre a una frase muy argentina: “estamos mal, pero vamos bien”. Añade que “se ve el futuro con optimismo, un planteo de más estabilidad; un mercado internacional con precios a la baja y uno financiero en el que nos tenemos que acostumbrar a las tasas positivas. Estamos aprendiendo a trabajar en un nuevo entorno”. En diálogo con LA NACION, señala además que hay sectores afectados por el clima —el norte con dos años muy complicados y la provincia de Buenos Aires con anegamientos ahora— que no están en condiciones de invertir.
La encuesta SEA, respondida por 1.450 empresarios y 228 asesores CREA de las distintas regiones productivas del país, se realiza con periodicidad cuatrimestral. La próxima edición está prevista para marzo de 2026.
El relevamiento también muestra que los excesos hídricos registrados en los últimos meses constituyen una situación crítica para muchas regiones y empresas agropecuarias: el 29% de los encuestados presenta anegamientos que comprometieron, en promedio, el 24% de la superficie productiva. Los mayores inconvenientes se registran en la provincia de Buenos Aires. El 60% afirmó que el problema afectó la situación productiva; el 19%, la organizacional y social; el 12%, la financiera; el 7%, la comercial; y el 3%, la patrimonial.
Un 29% de los encuestados presentan anegamientos que comprometieron en promedio 24% de la superficie productiva
“Más allá de la superficie que no se puede cosechar o sembrar por estar inundada, los anegamientos generan, además, disrupciones en sistemas ganaderos y lecheros, problemas sanitarios, impedimentos logísticos y complicaciones financieras, entre otros muchos problemas”, explica Angeli.
En lo que respecta a la planificación de la campaña agrícola 2025/26, entre los consultados se prevé un crecimiento sustancial del área de maíz tardío con respecto a 2024/25, además de mejoras más moderadas en girasol y maíz temprano.
Entre los consultados se prevé un crecimiento sustancial del área de maíz tardío con respecto a 2024/25Gza.
La mayor reducción de superficie agrícola de la campaña en curso corresponderá a la soja, principalmente por condiciones de precios relativos menos favorables para la oleaginosa. “Las proyecciones de área por sembrar podrían experimentar modificaciones en las próximas semanas en función de la disponibilidad de superficie que sigue afectada actualmente por anegamientos”, aclara Angeli.
En la rotación de cultivos, la mayor variación ponderada corresponde al maíz tardío (7%); le siguen girasol (2,1%) y maíz temprano (1,35%). El resto de los cultivos registra caídas, siendo la soja la más afectada, con una disminución de 6,38%.
