Se conoció la decisión tomada por la Dirección del hospital materno infantil San Roque de cerrar y desmantelar la sala de Neurología del nosocomio. La medida implicará, además, el traslado de los pacientes a otras áreas del hospital y la redistribución del personal en otros servicios.El malestar y la preocupación de los profesionales de la salud afectados se reflejó en la recolección de firmas para adjuntar a una nota dirigida al director del nosocomio, doctor Leonardo Haenghi, firmada por el doctor Jorge Solana Silveira, jefe del área.La carta, que circula desde ayer por los pasillos del hospital, solicita rever la medida a fin de conservar el servicio con 20 años de experiencia en la atención de pacientes neurológicos de toda la provincia y sostenido por 15 profesionales.Redactada en duros términos, la nota recordó al director las negociaciones por las que se consensuó trasladar el servicio al quinto piso de la torre, manteniendo sus características.Por otra parte, se calificó la clausura como un “atropello”, “una falta a la palabra comprometida” y “un franco retroceso en las metas logradas”.En otro párrafo se destacó que los médicos y enfermeros -entre los que se destacó a la pediatra Betiana Comas Guerrero- a lo largo de estos años, demostraron un gran esfuerzo en sostener el servicio. “Los neurólogos no se pasearán por las salas del hospital como en otros tiempos porque nuestros pacientes requieren el ámbito necesario que han tenido hasta el día de la fecha”, se recalcó en la misiva.“Quedará usted en la memoria negra de las gestiones de directores de nuestro hospital que, en vez de evaluar beneficios y metas logradas por un servicio, borran con el codo lo que consensuamos con la palabra”, expresó el médico, que advirtió que recurrirá a instancias superiores para pelear por lo que considera válido.A su vez, se envió otra carta a los jefes de servicios para lograr la adhesión al pedido de reapertura de Neurología.El servicioLa sala, que hasta ayer funcionó en la planta baja de la parte antigua del hospital, no contaba con las comodidades edilicias y las medidas de seguridad necesarias para un buen funcionamiento, como el básico recaudo de una salida de emergencia o escaleras de incendio.Por este motivo Solana Silveira, quien reemplazó al doctor Mario Kessler tras su jubilación, había solicitado su traslado a la parte más moderna del edificio, en el quinto piso de la torre.Sin mediar aviso, la Dirección decidió clausurar definitivamente la sala y distribuir pacientes y personal hacia otras áreas del hospital, privándolo de un servicio que contaba con equipamiento en pleno funcionamiento y personal altamente capacitado en la atención de pacientes neurológicos.Renuncia de neurocirujanosEn otro plano, la Dirección del hospital debió hacer frente a la renuncia de los médicos del área de Neurocirujía. Los especialistas, que habrían presentado su dimisión por cuestiones salariales, prestarán servicio hasta fin de mes y serán reemplazados por profesionales de Santa Fe, según versiones que circulan en el hospital. (Fuente: UNO)
