Jueves, 5 de junio de 2025   |   Campo

Se autoriza la IMPORTACIÓN de toros desde Estados Unidos para fortalecer la ganadería local

Se autoriza la IMPORTACIÓN de toros desde Estados Unidos para fortalecer la ganadería local

A partir de ahora, se permite la importación de reproductores bovinos en pie desde los Estados Unidos, siempre que se presente un certificado veterinario especial. Argentina ha accedido a esta solicitud formulada en abril pasado por la administración de Donald Trump, cuando la Casa Blanca expresó en un documento: “La Argentina ha prohibido las importaciones de ganado vivo estadounidense desde 2002 debido a preocupaciones infundadas relacionadas con la encefalopatía espongiforme bovina [mal de la vaca loca]”. A pesar de que se ha concedido este permiso a Estados Unidos, esa nación ha mantenido durante 20 años la prohibición de importar semen y embriones de ganado argentino.

En el buscador de Certificados de Exportación y Acuerdos de Importación de Animales Vivos y Material Reproductivo de la Dirección de Sanidad Animal del Senasa, ya aparece Estados Unidos en las consultas por “bovinos” y “reproducción”. Aunque no se detalla la fecha de vigencia, fuentes de empresas del sector indicaron que hacía algunos meses no era posible traer reproductores de ese mercado.

Además de Estados Unidos, ya estaba autorizada la importación de animales vivos para reproducción provenientes de Uruguay, Paraguay, Brasil, Nueva Zelanda y Chile. Una fuente de alto nivel sobre el tema confirmó que ya se encuentra vigente la posibilidad de traer reproductores en pie de Estados Unidos.

En 2024, EE.UU. exportó 21.141 animales de ganado bovino al mundo, generando unos 56 millones de dólares. Los destinos incluyeron Canadá, México, Turquía, Arabia Saudita, Vietnam, Tailandia y Filipinas, entre otros mercados.

Como informó LA NACION en abril pasado, Argentina importó en 2024, de diferentes países, 3,099 millones de dosis de semen bovino. De este total, el 90,62% correspondió al biotipo de ganado lechero, mientras que el 9,38% se destinó al ganado de carne. Del total importado, el 81,8% fue de animales Holando, un 5% de Angus negro y el 13,2% de otras razas. Entre el 60 y el 65% de las importaciones de semen provino de Estados Unidos. En cambio, Argentina, como se mencionó, no tiene permitido exportar semen ni embriones a Estados Unidos. “Nunca tuvimos [el protocolo para vender material genético a EE.UU.] ni tampoco quieren sentarse a negociar”, comentó un experto que calificó esta situación como una “barrera paraarancelaria”. A pesar de esta limitación, la genética argentina sí llega a EE.UU. a través de Canadá, donde los embriones son trasladados, se implantan en vacas receptoras, se producen los nacimientos y luego los animales ingresan a Estados Unidos.

La importación podría tener un mayor impacto en el ganado lechero. Según expertos del sector, la llegada de reproductores en pie de EE.UU. podría generar una demanda para ganado lechero, y especialmente para carne de animales jóvenes que, mediante la genómica, demuestren un interés comercial. Argentina ya cuenta con genética cárnica de alta calidad, y es probable que la demanda esté más enfocada, como se ha especificado, en el ganado lechero.

En la Cámara Argentina de Biotecnología de la Reproducción e Inseminación Artificial (Cabia) hay empresas preparándose para cumplir con los requisitos de importación.

Según información que ha circulado, entre los requisitos, en EE.UU. los animales deben haber estado en un establecimiento autorizado, bajo la supervisión del servicio sanitario norteamericano, por un período mínimo de 30 días. Esto, además de haber pasado por pruebas de diagnóstico.

En este contexto se mencionan varios requisitos sanitarios. Se destaca que, en lo relativo a la fiebre aftosa, los animales provienen de Estados Unidos, reconocido por la OMSA [Organización Mundial de la Salud Animal] como libre de fiebre aftosa sin vacunación. En cuanto a la vaca loca, se indica que los animales provienen de un país considerado por la OMSA como de “riesgo insignificante”.

También se subraya que se debe garantizar el cumplimiento de la prohibición del uso de proteínas animales en la alimentación de rumiantes, salvo aquellas consideradas exentas de riesgo por Argentina.

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