
En Córdoba, las elecciones funcionan muchas veces como un laboratorio político a escala nacional. Este domingo se pondrá a prueba la preferencia del cordobés: si renovar la confianza en el libertario o elegir a quien fue gobernador en tres ocasiones. Lo sabremos en pocas horas.
Por un lado, Juan Schiaretti procura proyectar federalmente su modelo mediterráneo desde el sello de Provincias Unidas. Por el otro, Javier Milei aparece en la boleta a través del poco conocido Gonzalo Roca, un empresario vinculado al sector de combustibles.
La contienda está pareja. En las encuestas, las líneas se cruzan como si el voto cordobés —siempre imprevisible, siempre decisivo— oscilara entre la continuidad del orden provincial y el atractivo del experimento libertario.
El voto cordobés, otra vez en el centro
3.127.707 personas están habilitadas para votar en 1.499 escuelas distribuidas en todo el territorio provincial. La oferta electoral contará con un número récord de postulantes. En total se presentan 18 fuerzas y 296 candidatos (entre titulares y suplentes). En la boleta única, sin embargo, sólo aparecerán las minúsculas fotos de 36 de ellos, dos por lista.
Aunque Llaryora fue gobernador, y su fuerza concentra votos en ciertos barrios de la Capital —que agrupan el 36% del padrón—, la atención estará puesta en otros puntos clave de la provincia: el departamento Colón (8,5% del electorado), Río Cuarto (7,2%), Punilla (6,3%) y San Justo (6,2%).
Reacomodos y fugas
De los 18 diputados nacionales por Córdoba, nueve concluirán su mandato en diciembre y seis se presentan para la reelección. No obstante, cuatro competirán por espacios distintos a los que representaron en el Congreso, lo que evidencia la magnitud del reacomodo político.
Entre ellos están dos integrantes de Encuentro Federal: Ignacio García Aresca y Natalia de la Sota. Ella busca renovar su banca bajo el sello Defendamos Córdoba, una de las pocas fuerzas en la extensa boleta que utiliza el nombre de la provincia como marca identitaria.
También cambian de camiseta Laura Rodríguez Machado, que va del PRO a La Libertad Avanza, y Pablo Carro, que modifica por tercera vez el rótulo del mismo partido kirchnerista: ingresó por Frente para la Victoria, luego renovó por Unión por la Patria y ahora busca otra oportunidad con el mismo color político pero bajo el nombre: Fuerza Patria.
El radicalismo, por su parte, renueva la totalidad de sus tres bancas, aunque ninguno de sus actuales legisladores —Rodrigo de Loredo, Soledad Carrizo y Gabriela Brouwer de Koning— irá por la reelección. El bloque llega fragmentado: un integrante se apartó y formó su propio espacio. El exintendente de Jesús María, Luis Picat, integra ahora la ‘Liga del Interior’.
Los dos oficialismos, frente a frente
Provincias Unidas apuesta a consolidar el liderazgo nacional de Schiaretti y a llevar al Congreso a figuras de su entorno: la intendenta Carolina Basualdo, el legislador Miguel Siciliano y la ministra Laura Jure, además del propio García Aresca.
El esquema schiarettista busca sostener su influencia en el Congreso y proyectar poder de cara a 2027.
En la vereda violeta, La Libertad Avanza pone a prueba su capacidad de retener apoyo en una provincia clave para el proyecto de Milei. Aunque no arriesga las bancas, todo lo que obtenga en Córdoba será ganancia.
La lista encabezada por Roca, apadrinada por el diputado Gabriel Bornoroni, incluye a Laura Soldano, empresaria e influencer fit, y a la diputada Rodríguez Machado, que busca conservar su banca, aunque ahora bajo la bandera libertaria.
El armado no estuvo exento de tensiones: Agustín Spaccesi, referente histórico del Partido Libertario, compite por fuera después de ser desplazado del espacio oficial.
Fragmentación opositora
En el universo del ex-Juntos por el Cambio la oferta electoral se multiplica. El PRO presenta dos listas: una encabezada por Oscar Agost Carreño, que reivindica la línea “amarilla pura”, y otra por Héctor ‘La Coneja’ Baldassi, bajo el sello Ciudadanos, con guiños al llaryorismo.
Por su parte, Ramón Mestre intentará volver al Congreso con un discurso opositor a Milei, pero sin el respaldo orgánico de la UCR provincial. Recordemos que judicializó la interna contra Rodrigo de Loredo y que el presidente del bloque nacional optó por bajarse de la pelea.
Pasaron cosas
Entre las demás fuerzas figuran nombres tradicionales y apuestas periféricas: Liliana Olivero (FIT-U), Aurelio García Elorrio (Encuentro por la República), Julia Di Santi (MAS) y el desarrollista Alfredo Keegan (Apec). También competirán el delasotista Edgar Bruno (País), el sindicalista Juan Saillén (FE), y Mario ‘el Sapo’ Peral (Unión Popular Federal).
El Partido Demócrata, que fue aliado libertario en 2023, compite ahora con Pablo Martelli, mientras que Stefano López Chiodi (“Alfajor Tatín”) encabeza el Frente de Acción Solidaria, y Julio Lucero —alineado con Victoria Villarruel— lidera la alianza Córdoba Te Quiero.
Lo que se juega
La incógnita no se limita a cuántas bancas se repartirán, sino al rumbo que marcará el voto cordobés. Si Schiaretti logra imponerse, consolidará su lugar como referente de la oposición moderada; si Milei avanza, confirmará el poder que está construyendo Bornoroni y demostrará que puede transformarse en una fuerza central en la provincia más refractaria al kirchnerismo.
Una elección pareja, con aroma de bisagra política y proyección nacional.



