
En medio de un escenario político agitado y con el telón de fondo de una Argentina que atraviesa profundas crisis institucionales y económicas, una declaración encendió el debate en Entre Ríos. El diputado provincial Bruno Sarubi criticó con dureza al precandidato justicialista Guillermo Michel, luego de que este relativizara la responsabilidad penal de Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad.
Lejos de entrar en tecnicismos judiciales, Sarubi apeló a un tono claro y directo, con un mensaje que resuena con fuerza en la sensibilidad ciudadana: "Resulta llamativo que, en este momento tan crítico del país, Michel elija defender a Cristina en vez de explicar por qué durante años el kirchnerismo vació el Estado en beneficio de sus amigos".
La chispa que encendió la polémica fue una declaración de Michel en la que afirmó que “no se puede tener una responsabilidad penal por el solo hecho de haber ocupado un cargo”. Una frase que, para Sarubi, intenta “disfrazar una defensa política con argumentos jurídicos supuestamente universales, como si todos los expresidentes compartieran el mismo prontuario”.
En un contexto donde el valor de las palabras vuelve a adquirir peso, el legislador recordó que Cristina Kirchner “no está siendo juzgada por haber sido presidenta, sino por haber liderado un esquema sistemático de corrupción”. Y añadió con énfasis: “Las pruebas están, los fallos también”.
La crítica de Sarubi no solo apuntó a Michel como figura política, sino también como exfuncionario dentro del esquema kirchnerista. “Michel fue parte de ese modelo. Hoy intenta borrar con el codo lo que escribió con la mano”, sentenció.
En su mensaje, Sarubi también hizo eco de una frase reciente del gobernador Rogelio Frigerio, quien afirmó en un acto público que “dignidad es no robar”. El diputado retomó esa idea para marcar una diferencia ética: “Frente a quienes pretenden instalar que ‘ser condenada es un acto de dignidad’, desde nuestro espacio reivindicamos el verdadero sentido de esa palabra. Dignidad es trabajar, esforzarse, estudiar, servir, y cumplir la ley”.
Las palabras de Sarubi no solo son una respuesta política: son un intento de recuperar un relato ciudadano, de devolverle al debate público una noción de ética y compromiso. “La política necesita coraje para decir las cosas como son, y memoria para no volver a tropezar con las mismas piedras”, concluyó.