
El sello se llama Es Ahora Buenos Aires y el color que lo identifica es el verde. Detrás está el peronismo que logró llegar a una lista de unidad con Leandro Santoro como el primer candidato a legislador porteño. Pasaron muchos años para que este espacio vuelva a ilusionarse con ganar las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, escenario posible para el 18 de mayo. En la última elección como jefe de Gobierno porteño, el actual diputado nacional llegó a los 32 puntos. Hoy la dispersión electoral le puede quitar algunos votos, pero los pronósticos lo posicionan primero.
—¿Qué se juega en Capital Federal? Porque es una campaña nacionalizada y esta última semana estuvo copada por la interna libertaria y del PRO.
—Nos vamos a enterar qué se jugó después de las elecciones, cuando tengamos el resultado puesto. Lo que se juega se fue resignificando, porque con el desdoblamiento se suponía que íbamos a discutir temas locales, para eso la Ciudad iba a tener un día especial para poder votar. Pero el Presidente decidió después poner a su vocero y plebiscitar su gobierno en una elección porteña que no tendría mucho sentido, en el medio pasó de todo y probablemente siga pasando, en estos últimos días como la disputa que se está dando entre ellos por el liderazgo de la derecha.
—¿Por qué el peronismo tiene posibilidades después de tantos años de ganar una elección en la Ciudad?
—Primero, porque hace mucho tiempo que venimos recorriendo la Ciudad y construimos un espacio en el que está el peronismo adentro y hay otros sectores políticos que no son de tradición peronista, pero que forman parte de la coalición Es Ahora Buenos Aires. ¿Por qué tenemos chance? Porque nos tomamos en serio el trabajo de recorrer la Ciudad, de construir una propuesta y de recorrer los barrios. Después, la discusión se nacionaliza, pero la verdad es que nosotros arrancamos muy bien, porque teníamos una lectura de los problemas de la Ciudad. Después, hay una novedad que es que la coalición de gobierno explota antes de perder una elección. Eso no pasó antes, en general, las coaliciones explotaban después y acá la coalición de gobierno que es el PRO, el radicalismo, Partido Socialista, Confianza Pública, Coalición Cívica y Larreta explotó antes. ¿Por qué? Y bueno, entre otras cosas, porque hay una percepción general de que la gestión es muy mala y que hay muchas posibilidades de que se pierda, se anticiparon a una posible derrota, cada uno hizo la suya y nosotros venimos con un laburo muy firme en lo territorial, que yo creo que está dando sus resultados.
—¿El electorado nacionalizó la elección? La política sí, los medios sí, pero ¿el electorado también lo hizo?
—Depende de los barrios. En la zona sur me piden que le ponga límite a Milei y en la zona del cordón de Rivadavia me piden que lo despertemos a Macri porque la Ciudad está abandonada, hay una necesidad de llamar la atención sobre un estado de abandono y deterioro general de la Ciudad.
En otros lugares el problema de la inseguridad o el problema de la basura están en la agenda cotidiana. De todos modos, creo que la sociedad finalmente los identifica a los dos, a Milei y a Macri, como parte del mismo proyecto. No creo que los distingan.
—La campaña de La Libertad Avanza es contra el kirchnerismo…
—Insólito porque hace 18 años que gobierna el PRO en la Ciudad.
—¿No tiene que ver con que al porteño, cuando se le menciona la palabra kirchnerismo le repele?
—Ellos usan el concepto kirchnerismo como una descalificación, pero porque tienen en su forma de razonar la idea de que es el conflicto el que ordena la política y la radicalización del conflicto extremo y ya llegamos al absurdo, que ahora hablan del macrismo como kirchnerismo de buenos modales. Trabajan en una estrategia similar a la que trabaja Trump cuando construye en los inmigrantes la explicación de la frustración del sueño americano. Dice, “Bueno, ¿por qué no hay trabajo? Porque los inmigrantes te lo sacan”. Demonizan y llegan al extremo de decir que los inmigrantes haitianos se comían a las mascotas de los vecinos de Springfield.
Ellos hacen algo parecido acá, identifican a un enemigo que le pusieron el nombre de kirchnerismo y buscan orientar el resentimiento y la ira de la sociedad.
—Mientras tanto hay un sector de la ciudadanía mayoritario que banca estas cosas, y a un gobierno que muchos auguraban llegar a esta fecha en peores condiciones.
—La explicación de eso es la estabilidad cambiaria. Milei advirtió que iba a generar una estanflación y anticipó que iba a haber un proceso de pérdida de poder adquisitivo del salario y de pérdida de fuentes laborales. Entonces, hay mucha gente que dice: “bueno, nos avisó que esto iba a pasar”. Había mucha gente que decía que el dólar se iba a disparar después de la salida del cepo y como sale con un crédito millonario del FMI y el apoyo de Estados Unidos se produce un efecto confianza, como consecuencia que hace parecer a Milei bajo control respecto de las variables macroeconómicas y probablemente, eso le permite ganar tiempo.
—Vas a ir a la Legislatura, ¿a qué?
—Nosotros propusimos dar un debate a fondo sobre la tercerización de bienes públicos. Hay empresas privadas que se hacen cargo de la concesión de responsabilidades estatales, por ejemplo, la basura, el subte, el control de plagas, el corte de ramas, el arreglo de veredas. Está todo tercerizado y así como hicimos con las grúas, poque logramos voltear ese contrato precario e irregular que estaba extendido durante veinte años, vamos a investigar cada uno de los contratos con esas empresas tercerizadas para ver si se cumple o no se cumple, lo que se tiene que cumplir.
—Esta elección puede definir qué pasa con la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO. ¿Qué define dentro de Unión por la Patria?
—Nosotros nos tomamos el trabajo de hablar con todos y de construir una lista de unidad, y además, ese diálogo no solamente implicó sintetizar las diferencias internas, sino convencer a todos que el desafío era ampliar muchísimo el espacio para llegar al 50 + 1, que es lo que necesitás para ganar la Ciudad. Eso obliga a tener una política de amplitud para ser mayoritarios y eso implica aceptar la heterogeneidad de esa construcción. Si no, no llegás a esa mayoría y te resignás a la pelea por el poder.
—¿Y la amplitud es hasta acá o hay más? Porque el peronismo tiene un techo en la Ciudad.
—Nosotros fuimos rompiendo el techo elección tras elección, vamos a ver y esperar qué hacen otras fuerzas cuando terminen estos comicios, vamos a hablar con todos. El peronismo siempre andaba en un promedio del 20%. Hoy se cumplen diez años de cuando acompañé a Mariano Recalde en la fórmula, salimos terceros y sacamos 20 puntos.