
Rusia lanzó un ataque masivo durante la noche y la madrugada de este sábado contra instalaciones industriales y de infraestructura energética en Ucrania, empleando misiles hipersónicos Kinzhal como represalia por recientes ataques ucranianos en territorio ruso.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que la ofensiva se dirigió contra objetivos militares y energéticos, en respuesta a lo que calificó como “ataques terroristas de Ucrania contra objetivos civiles en Rusia”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, denunció en sus que los ataques rusos dañaron más de una docena de instalaciones civiles en siete regiones del país, dejando a miles de ciudadanos sin suministro eléctrico. “Es importante que todos vean lo que Rusia está haciendo… esto claramente no es para terminar la guerra. Siguen buscando destruir nuestro Estado e infligir el máximo dolor a nuestra gente”, expresó Zelensky, resaltando el impacto sobre la población civil.
La región de Odessa fue una de las más afectadas por los bombardeos. Según el jefe de la Administración Militar Regional, Oleg Kíper, la zona sufrió “uno de los ataques aéreos enemigos más masivos”.
De acuerdo con el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania (DSNS), al menos cuatro personas resultaron heridas. Las autoridades locales informaron que los ataques provocaron incendios y causaron daños en edificios administrativos y en instalaciones del sector energético, lo que ocasionó cortes de electricidad en varias áreas.
El Ayuntamiento de Odessa detalló que la interrupción del suministro eléctrico afectó a infraestructuras clave encargadas del abastecimiento de agua y calefacción. Además, todas las subestaciones de tracción de la ciudad quedaron fuera de servicio, lo que obligó a suspender temporalmente el funcionamiento de tranvías y trolebuses, y afectó la movilidad urbana y el acceso a servicios básicos.
El balance provisional de las autoridades indica que, además de los heridos, los daños materiales alcanzan a instalaciones civiles, industriales y energéticas. El DSNS y las administraciones locales continúan evaluando el alcance de la destrucción, mientras miles de residentes permanecen sin electricidad ni servicios esenciales.
En el contexto de la escalada, Ucrania ha incrementado el uso de drones para atacar objetivos en territorio ruso. Este sábado, un ataque ucraniano con drones contra un edificio residencial en la ciudad rusa de Saratov, a orillas del Volga, causó la muerte de dos personas y daños en varios apartamentos, según informó el gobernador regional, Roman Busargin.
Kiev sostiene que sus operaciones con drones tienen como objetivo principal infraestructuras militares y energéticas en Rusia, mientras que Moscú justifica sus ofensivas como respuestas a acciones ucranianas que, según sus autoridades, buscan dañar a la población civil rusa.
Estados Unidos mantiene conversaciones con ambas partes en un intento de frenar el conflicto y evitar una mayor desestabilización regional.
Desde el inicio de la ofensiva a gran escala lanzada por Moscú en febrero de 2022, los ataques aéreos y los bombardeos han alterado la vida cotidiana en Ucrania, con consecuencias directas para la población y la infraestructura del país.




