No obstante, advirtió que, “en realidad, la plata nunca está en la casa de nadie, sino en bancos. Pero, yo estaba entrando a eso de las 2 de la madrugada por la puerta de mi casa, había ido a cenar a la casa de un amigo y nos habíamos quedado charlando y había dos personas escondidas que salieron, desde atrás de un murito y me empujaron a golpes de puño, entraron a mi casa, ahí me maniataron y ejercieron presión para que les diera la plata”.
Por este motivo, continuó, “revisaron todos los cajones; después, trataron de hacer un pacto, que yo fuera, retirase el dinero, los títulos de mi casa, porque no encontraron plata y querían tener algo para que no hiciera la denuncia. Pero desistieron porque encontraron $ 740”.