

A partir de las 18, la Asamblea de Residentes y Concurrentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha convocado a una marcha de velas que comenzará en Callao y Corrientes y se dirigirá hasta el Obelisco. Esta protesta se desarrolla en un contexto de creciente descontento dentro del sistema de salud pública, afectado por el deterioro de las condiciones laborales, el vaciamiento de instituciones sanitarias fundamentales y la redefinición de los vínculos contractuales de los profesionales en formación.
“El objetivo de esta jornada de lucha es visibilizar la crisis que atraviesa el sistema de salud público”, señala el comunicado emitido por la Asamblea. En este marco, se denuncian decisiones como el cierre de residencias nacionales y el traspaso de los programas de formación médica a un régimen de becas, incluyendo los relacionados con hospitales de referencia como el Garrahan, el Bonaparte y el Posadas. Según informaron, estas modificaciones implican que ya no se reconozca a los residentes como trabajadores, lo que conlleva la pérdida de derechos laborales.

Según lo denunciado, desde enero de 2024 hasta la fecha, los salarios de los residentes han experimentado una caída sostenida en relación con la inflación. El comunicado destaca que los ingresos mensuales “se ubican por debajo de la canasta básica”. Una encuesta realizada por la Asamblea indica que más de la mitad de sus integrantes destina al menos el 50% de su salario únicamente al pago del alquiler. Esta situación, afirman, afecta drásticamente sus condiciones de vida y el ejercicio profesional.
Los manifestantes pertenecen al sistema público de salud y realizan funciones esenciales. Representan diversas disciplinas: medicina, psicología, trabajo social, psicopedagogía, kinesiología, obstetricia, fonoaudiología, terapia ocupacional, enfermería, bioquímica, epidemiología, farmacia, educación permanente en salud y otras especialidades. También forman parte quienes llevan a cabo la residencia interdisciplinaria en educación y promoción de la salud, que combina conocimientos de distintas áreas. Desde la Asamblea enfatizan que, a pesar de desempeñarse en tareas fundamentales dentro de los hospitales, las condiciones contractuales que enfrentan son precarias.

En este contexto, exigen un conjunto de medidas concretas, entre las que destaca la derogación de la resolución 2109/2025, que convirtió las residencias en becas. Asimismo, reclaman una recomposición salarial urgente, el pago de un adicional por guardias, la inclusión en el cobro del Sistema de Atención Médica Organizada (SAMO) —que actualmente solo perciben los profesionales en planta—, la reapertura de los cupos eliminados y el rechazo a la implementación de una nueva carrera médico-hegemónica.
Este reclamo se enmarca en un conflicto más amplio en el sistema sanitario nacional, donde otras agrupaciones profesionales también han manifestado su descontento. En el caso del Hospital Garrahan, se prevé un paro de 24 horas para el próximo jueves 17 de julio, convocado por la organización gremial ATE-Garrahan. Esta medida cuenta con el apoyo de médicos, técnicos y personal de diversas áreas, quienes denuncian la falta de respuestas a sus demandas salariales. El Ministerio de Salud, liderado por Mario Lugones, ha respondido que los sectores que apoyan la medida están violando la conciliación obligatoria, lo que, según el Ministerio, “atenta contra la buena fe negocial”.
El trasfondo de este conflicto también está relacionado con la reciente designación de Mariano Pirozzo como nuevo director médico ejecutivo del Hospital Garrahan. Su nombramiento, oficializado esta semana, ha sido duramente criticado por los trabajadores. Desde ATE-Garrahan aseguraron que Pirozzo “no llega por méritos médicos sino por su historial en políticas de vaciamiento”, y atribuyeron su incorporación a una estrategia del Ejecutivo Nacional orientada al ajuste presupuestario.
Desde la Asamblea exhortaron al Ministerio de Salud del GCBA a habilitar espacios de diálogo y avanzar en la búsqueda de soluciones que contemplen condiciones laborales dignas. La jornada, organizada bajo la consigna de una marcha de velas, tiene como objetivo resaltar las consecuencias del actual modelo de gestión sobre quienes sostienen a diario la atención en los hospitales públicos.