
Los productores que están sembrando maíz 2025/26 deben prestar especial atención a la dosis de fertilizante nitrogenado a aplicar. Las abundantes lluvias registradas durante el invierno y a comienzos de la primavera provocaron el lavado profundo de los nitratos, y los análisis de suelo evidencian esa deficiencia en muchos lotes. Por eso, no conviene basar la fertilización en las dosis aplicadas en campañas anteriores: es necesario muestrear los lotes y definir las aplicaciones según los resultados.
Además, el consultor Juan Radrizzani trabaja con franjas de saturación en las que se aplica la dosis recomendada según el análisis de suelo y se suman 100kg/ha más. Esa franja funciona como sensor comparativo respecto del resto del potrero y permite determinar la necesidad de una segunda fertilización mediante sistemas de evaluación nutricional como SPAD o NDVI. La correcta fertilización cobra relevancia en una campaña donde los precios no se ubican entre los más altos de la serie, por lo que será imprescindible lograr un buen rinde para alcanzar una ecuación de rentabilidad favorable.
Radrizzani consiguió que ya esté implantada toda la superficie programada de maíces tempranos del CREA Arroyo del Medio, que representan el 80 % del total por sembrar del cereal. El 20% restante será maíz de segunda, luego de arveja, que libera los lotes en octubre y aporta nitrógeno al suelo. En 2025, en siembras tempranas, el técnico desarrolla modelos de alta producción con híbridos de máximo potencial para aprovechar la humedad disponible.
Por otra parte, los productores deberían comenzar a planificar una estrategia de cobertura comercial para el maíz, si se considera que las proyecciones de área sembrada y producción anticipan incrementos importantes respecto de campañas previas. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó una superficie de siembra de 7,8 millones de hectáreas, casi un 10% superior a la del año anterior, con un potencial productivo de 58 millones de toneladas si las condiciones climáticas acompañan. Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario proyecta una superficie de 9,7 millones de hectáreas, que podría catapultar la cosecha a un volumen mayor, aunque los operadores del mercado también registran un incremento sostenido en la demanda del cereal.