
El juez federal Daniel Rafecas decidió llevar a juicio oral a la legisladora porteña Vanina Biasi, procesada por el delito de incitación a la discriminación, a partir de una serie de mensajes publicados en la red social X que fueron considerados de carácter antisemita. La Cámara Federal confirmó esa resolución y dejó concluida la etapa de instrucción.
El magistrado rechazó los planteos de la defensa —que había pedido el sobreseimiento y se opuso a la elevación a juicio— al entender que no se aportaron argumentos nuevos capaces de modificar el criterio adoptado durante la investigación. En consecuencia, ordenó que la causa avance a la instancia oral para dilucidar la eventual responsabilidad penal de la imputada.

Los fundamentos del fallo
En su resolución, Rafecas consideró que están reunidos los elementos probatorios que justificaron el procesamiento de Biasi y destacó que esos fundamentos fueron ratificados por la Sala I de la Cámara Federal, que confirmó la imputación. El juez subrayó que el proceso penal se articula en etapas y que corresponde al juicio oral resolver eventuales contradicciones o controversias sobre la prueba.

El fallo hace referencia expresa a los pronunciamientos de los camaristas Bruglia y Bertuzzi, quienes consideraron que las publicaciones atribuidas a la legisladora excedieron los límites protegidos por la libertad de expresión y configuraron, al menos en una primera evaluación, conductas discriminatorias que afectan a la comunidad judía.
La acusación contra Biasi está encuadrada en el artículo 3 de la Ley 23.592, que sanciona los actos de discriminación y la incitación al odio por motivos religiosos, étnicos o nacionales. Según el expediente, los mensajes difundidos en redes fueron analizados en su contexto y alcance, y se estimó que podían generar un riesgo concreto de vulneración de derechos fundamentales.
Durante la instrucción, tanto la querella como el Ministerio Público Fiscal pidieron la elevación a juicio. La querella, representada por la DAIA, sostuvo que las expresiones investigadas fomentan el odio antisemita, mientras que el fiscal consideró acreditada la materialidad de los hechos y la responsabilidad prima facie de la imputada.
Discursos de odio y antecedentes históricos
Uno de los ejes del fallo es la advertencia sobre la difusión de discursos de odio y su posible derivación en hechos violentos. Rafecas sostuvo que este tipo de manifestaciones no pueden abordarse de forma aislada y recordó antecedentes traumáticos de la historia argentina, como los atentados contra la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994.
El juez también aludió a episodios recientes sucedidos en otros países, donde ataques violentos han sido precedidos por la circulación de mensajes de odio, un fenómeno global que obliga a los Estados a reforzar la prevención dentro del marco constitucional.
El juicio oral y el escenario que se abre
El debate oral quedó radicado en el juzgado federal a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi, quien fue sorteado para intervenir en la causa. Allí se expondrán los argumentos de la acusación y de la defensa, se producirán las pruebas y se decidirá si corresponde una condena.
Con la elevación a juicio, la causa entra en su etapa decisiva. El proceso enfrentará dos principios centrales del sistema democrático: la libertad de expresión y la protección frente a la discriminación, un debate que vuelve a ocupar un lugar central en la agenda judicial y política argentina.
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