El ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Quinteros, afirmó que la detención del comisario general Maximiliano Ochoa Roldán “no tiene absolutamente nada que ver con el ejercicio de su rol como jefe de Policía Caminera”.
“Siento que estamos cumpliendo con la obligación que nos impuso el gobernador; estamos llevando adelante una transformación muy dolorosa, porque estos hechos duelen y, por supuesto, también indignan. A pesar de lo doloroso que sea, continuaremos en este camino, que implica la depuración no solo de la fuerza policial, sino de todas las fuerzas de seguridad de la provincia de Córdoba”, indicó el funcionario judicial.
Sin relación con las multas de la Caminera
“El fiscal (Guillermo González) ya lo aclaró, no era necesario que yo lo hiciera. No tiene absolutamente nada que ver la detención con el ejercicio de su rol como jefe de Policía Caminera, para que todos se queden absolutamente tranquilos”, explicó en diálogo con Mitre Córdoba.
Además, destacó que “no hay ningún tipo de daño patrimonial hacia el Estado” y que “por lo tanto, en lo que el fiscal investiga hasta ahora, lo hace en su rol de abogado, utilizando y valiéndose del privilegio de acceso a la información que tenían”.
“Nosotros no escondemos, no ocultamos, y mucho menos encubrimos hechos de este tipo. Este es un país donde hoy hay expresidentes con tobillera. No lo justifico, simplemente lo menciono como un ejemplo. La corrupción en esta sociedad no solo se tolera, sino que se naturaliza. Lo que estamos haciendo es decirle a la sociedad que ni la toleramos ni la naturalizamos”, enfatizó.
También recordó que “el que se aparte medio milímetro del cumplimiento del deber, va a tener estas consecuencias”.
“Cuando nos enteramos de esto nos sorprendió”
Al ser consultado sobre el reciente ascenso de Ochoa Roldán a comisario general, el funcionario respondió: “Cuando nosotros ascendemos a un policía, debemos revisar su foja de servicio, y en ella no debe constar ninguna tacha que impida acceder a esa jefatura. No hay denuncias actuales ni judiciales de las que tuviéramos conocimiento”.
“Cuando nos enteramos de esto nos sorprendió y queríamos, por supuesto, saber si se trataba de delitos cometidos contra la administración pública o si utilizó su función dentro de la policía para cometerlos en su actividad profesional”.
“No puedo calificar el hecho más allá de lo que afirma el fiscal. Mi obligación es trabajar incansablemente todos los días por la seguridad de los cordobeses. Los policías no son personas que vengan de otro planeta. Cuando detectamos irregularidades, son apartados de la fuerza de inmediato. No hacemos clarividencias; lamentablemente, no puedo. Nunca este ministro mirará hacia otro lado cuando se presenta un hecho de corrupción”, concluyó Quinteros.
