En el primer caso, las prestadoras decidieron de un día para otro “levantar el cableado” y dejar sin señal a vastos sectores –en su mayoría– de condición económica humilde, según publicó El Diario. La razones de las empresas para dejar sin señal las zonas son: el nivel de conexiones ilegales, en contraposición con el número de vecinos que paga el abono, y el “mayor riesgo” de que las instalaciones resulten dañadas con más frecuencia que en otros lugares.
Eso es, al menos, lo que esgrimen fuentes allegadas a las prestadoras –ya que no fue posible lograr un nota telefónica con directivos de Multicanal y CableVisión– y lo confirman los propios vecinos afectados quienes –en su momento– recibieron esas explicaciones de parte de las compañías.
En definitiva, el argumento de fondo sería meramente económico y se resume en la “baja rentabilidad” que arrojarían estas zonas para las prestadoras.
En 2004, el tema –junto a la diferencia de precios en sectores donde hay competencia– motivó laintervención de la Defensoría del Pueblo de Paraná, que consideró “inaceptable esa argumentación “porque implica un prejuicio y una discriminación flagrante que hace más sospechosos a estos vecinos que a otros de realizar conexiones clandestinas”. Así las cosas, apeló a “la responsabilidad social que deberían tener las empresas en el ejercicio de su actividad”.
Otro planteo similar proviene de zonas que, sin ser carentes, tampoco tienen cable pese a los insistentes reclamos de los habitantes. La coincidencia es que son barrios relativamente nuevos y ubicados en los bordes de la ciudad.
“Hace dos años que sacaron todo el cableado porque había muchos colgados”. Así contó Alberto Pacheco lo que ocurrió en su barrio, Gauchito Gil, donde desde entonces se “las arreglan como pueden”, sintonizando canales de aire o “los que pueden pagar”, contratando el servicio de televisión satelital.
Pacheco indicó que la empresa era Multicanal y que ahora los vecinos esperan llegue los cables de la tercer firma que existe en la ciudad.
Algo parecido ocurrió en barrio Humito. Hace un año y medio que la misma empresa resolvió cortar la señal por similares razones: gente que accedía clandestinamente al servicio. El punto, según planteó Héctor Martínez –integrante de la vecinal cuando el barrio quedó sin cable–, es que hay familias que quieren acceder a la prestación por derecha, pagando. Algunas, pocas, pueden afrontar el precio actual; pero a otras –razonó Martínez– se les hace imposible poder destinar más de 50 pesos al cable. Por eso, planteó a posibilidad de que las empresas consideren un precio diferencial –como lo hacen en zonas donde hay competencia–, pero en este caso para los sectores más humildes.
Por lo pronto, los vecinos instalaron antenas para ver el 13 de Santa Fe, el 11 de Paraná y el 9. “En este momento es imposible pagar otra cosa (por el sistema satelital)”, acotó el vecino, quien recordó que desde Multicanal les habían anunciado que andarían por el barrio para analizar alguna salida alternativa. Pero, nada.
Otro caso se da en Bajada Grande. Marcelo Alvarez, presidente de la vecinal hasta hace poco, comentó que se trata de un sector del barrio ubicado detrás de la Aceitera, que no puede acceder al servicio. Contó que desde la vecinal hicieron un pedido en la empresa Multicanal y luego fueron recibidos por directivos, pero la respuesta fue que “hasta 2007 no tienen pensado extender cables”, dijo. El vecino informó que se trata de un grupo nutrido de familias, que se había comprometido previamente a pagar con tal de conseguir el servicio.
En tanto, el barrio Belgrano fue uno de los primeros afectados por la interrupción abrupta de la señal. En su momento, el reclamo del vecindario trascendió públicamente, generando polémica y recayendo el planteo en la Defensoría.
Actualmente, siguen en la misma situación unas 200 familias, estimó Abel Valenzuela, presidente de la comisión vecinal. “Muchos estaban enganchados y eran poco los que pagaban y no lo quisieron renovar más porque había cajas (de distribución) rotas”, indicó.
Sin embargo, remarcó que hay muchas familias que tienen el servicio satelital –cuyo costo es superior al de la TV por cable–, por lo que fundamentó la firme posibilidad de que la gente asuma el compromiso de pagar este último sistema y efectivamente pueda hacerlo.
Esos vecinos, como la mayoría de los consultados, dijeron estar esperanzados en que llegue a sus barrios la empresa que compite con las otras dos, Gigared.
“Acá la gente está desesperada por tener cable”, afirmó Valenzuela. Es que, para hogares donde escasean los recursos, la tele se ha vuelto casi el único medio de acceso a la información y al entretenimiento.
EN ESPERA. Desde 2001, vecinos del barrio Lomas del Golf vienen realizando gestiones, mediante el envío de notas, para que llegue la TV por cable. Sin embargo, no han tenido contestación. Dario Koch, integrante de la comisión vecinal, indicó que los cables están a 120 metros del barrio y los vecinos se ofrecieron a pagar el cableado. También llegaron a comunicarse, el año pasado, con directivos de la empresa CableVisión de Rosario y fue cuando, a los días, apareció gente de la firma a levantar pedidos y suscripciones; pero después quedó todo igual.
En una situación similar están los vecinos del barrio 82 viviendas, ubicado en calle Gobernador Crespo, entre Almirante Brown y Churrarín. Desde octubre pasado, cuando las familias fueron a habitar el complejo, vienen solicitando el servicio a la empresa CableVisión. Dicen que ya perdieron la cuenta de las veces que han ido a las oficinas y han elevado notas. El último anuncio que lograron de la firma era que tendrían el servicio en la primera quincena de mayo. Se cumplió el plazo y el cable no llegó, informó un habitante. Al respecto, Esteban García de CableVisión dijo que “el servicio está a punto de ser instalado” y explicó las demoras en que la filial local depende de la regional de Rosario.
Se sienten discriminados
En mayo, el barrio Mosconi III denunció ante la Defensoría del Pueblo una situación de discriminación en el acceso a la televisión que brinda una de las empresas. Daniel Patat, presidente de la comisión vecinal Parque Nuevo, informó que se trata de un paquete de 10 canales, que se transmite por aire, y por lo que deben pagar más de 40 pesos por mes. El vecinalista entendió que es una “estafa” y comparó ese costo con el del abono del servicio común que es de 56 pesos pero por unos 70 canales. En el barrio viven desde hace tres años unas 160 familias y desde entonces vienen realizando gestiones para tener la prestación. Aunque, desde la empresa Multicanal –con jurisdicción en la zona– les anunciaron “que no hacen más extensiones de cableado”, contó Patat. Lo cierto es que los vecinos presentaron notas a Multicanal, con el apoyo de cientos de firmas ya que en situaciones similares están dos barrios aledaños: Mosconi Nuevo y Kilómetro 3. Sobre este punto, se recordó que en diciembre de 2004, la institución hizo una recomendación respecto de la necesidad de que las empresas tengan en cuenta la responsabilidad social que les cabe en la prestación de un servicio. Y actualmente, se encuentra realizando una investigación para ampliar los contenidos y alcances de aquella recomendación, se informó.




