
Tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, una de las apuestas del Gobierno para enmendar “errores políticos”, tal como prometió Javier Milei el domingo por la noche, es reavivar el diálogo perdido con los gobernadores. Ahora, esta intención incomoda al Gobierno en su pretensión de vetar la norma que restituye los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
Para impulsar la relación con las provincias, este miércoles se confirmó la re-jerarquización de la Secretaría del Interior a Ministerio y se nombró al número dos de Guillermo Francos en la Jefatura de Gabinete, Lisandro Catalán, como titular de la cartera con el objetivo de “retomar el diálogo con los gobernadores afines”.
Hoy en día, el vínculo está prácticamente roto: el apoyo que los representantes provinciales más cercanos en cierto momento le dieron a Milei, especialmente el sustento legislativo que permitió aprobar la Ley Bases, actualmente no fluye por el recorte de ingresos de Nación a las distintas jurisdicciones.
El momento de mayor tensión al respecto se generó semanas atrás, cuando los gobernadores presentaron ante el Congreso un proyecto de ley para restituir los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) no transferidos.
A fines de agosto, la Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto que obliga a Nación a repartir de manera automática y diaria a las provincias los fondos de ATN. Sin embargo, el Gobierno adelantó que vetará la norma y, ayer, Catalán pareció sugerir lo mismo.
Lo haría de la mano a los vetos de las leyes de emergencia pediátrica y el financiamiento universitario, los cuales fueron publicados esta semana en el Boletín Oficial. “Las leyes que se aprobaron en el Congreso no dicen de dónde salen los recursos”, insistió Catalán al respecto.
Qué son los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y por qué tensan la relación con los gobernadores
Los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) son fondos especiales creados por la Ley 23.548 de Coparticipación Federal de Impuestos. Según esta normativa, representan el 1% de la masa coparticipable de todos los impuestos federales recaudados por Nación.
Con el tiempo, se fueron sumando a los ATN otros aportes, como el 2% del impuesto a las Ganancias (neto), el 1% del impuesto por Bienes Personales y “la cantidad de $ 20.000.000 anuales que se detraen de lo recaudado por impuesto a las Ganancias (bruto) según lo establece el artículo 5 inciso b) de la Ley 24.699″.
La ley establece claramente que estos fondos están destinados a “atender situaciones de emergencia y desequilibrios financieros” en las provincias y, a diferencia de la coparticipación federal automática, el reparto de los ATN se realiza de manera discrecional.
Esto significa que el Gobierno Nacional decide cuándo, cómo y a qué provincias enviar estos recursos. En particular, es el Ministerio del Interior el encargado de su gestión, cartera que hasta ayer había sido relegada a secretaría.
Ahora, el Gobierno busca que su vuelta a Ministerio, con Catalán a la cabeza, se entienda como un gesto hacia los gobernadores, que reclaman $215.000 millones por ATN.
Cabe señalar la diferencia entre los ATN y la coparticipación federal, el sistema automático que distribuye el 56,66% de los impuestos nacionales a las provincias según criterios preestablecidos.
Milei, los ATN y un veto en ciernes: el doble juego con los gobernadores
Para Milei, la distribución de los ATN se ha convertido en una de las herramientas clave para negociar apoyo político con las provincias argentinas, pero ahora los gobernadores pusieron esta discrecionalidad en jaque con el proyecto que obliga a su transferencia automática.
En 2024 se distribuyó apenas un 7,3% de esos fondos, apenas $ 49.800 millones que implican el nivel más bajo en 20 años. Con una caída del 91,3% en términos reales, el año pasado fue el de menor distribución de ATN desde 2017. Más significativo aún es que, de los aproximadamente $630.000 millones disponibles para distribuir, quedaron sin repartir $562.830 millones.
Ahora, en lo que va de 2025, el Gobierno lleva enviadas 18 ayudas financieras por un total de $ 84.000 millones, pero aún quedan en el fondo otros $ 194.232 millones sin asignar.
Se trata de un incremento del 126,6% en términos reales que, en los papeles, responde a diversas emergencias climáticas, pero en la realidad, sirve como herramienta política del Gobierno para afianzar vínculos, aunque con dificultades para lograr esto último.
Entre las provincias más favorecidas se cuentan Misiones (recibió el 15% del total distribuido este año, $ 16.000 millones), Entre Ríos ($6800 millones), Tucumán y Salta, aquellas cuyos gobernadores mantienen buenas relaciones con el Gobierno.
En contraste, La Rioja, Buenos Aires; con Axel Kicillof a la cabeza, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y otros distritos opositores aún no vieron un solo peso de ATN en 2025.
Ahora, el veto de Milei al proyecto para que los ATN se distribuyan automáticamente a través del sistema de coparticipación pone en jaque la estrategia del Gobierno de recomponer su relación con las provincias.
Tal como detalló El Cronista, desde Casa Rosada marcan que no quieren abrir la billetera y “empezar a repartir ATN como caramelos” con los gobernadores aliados para negociar, pero sí quieren mostrarse dispuestos a resolver cuestiones dentro del margen del equilibrio fiscal.
La conversación por el Presupuesto 2026, en ese sentido, será clave, al igual que el resurgimiento del proyecto para “sacar los dólares del colchón” y aumentar la recaudación de las provincias. El desafío, admiten, es recobrar credibilidad y Catalán será la cara visible del proceso.