La administración nacional anunció hace instantes la salida de Sergio Neiffert de la Secretaria de Inteligencia del Estado. En el comunicado, el gobierno de Javier Milei afirmó que la gestión del ahora exfuncionario permitió “ordenar los procesos internos, auditar y transparentar la estructura organizacional, optimizar recursos y actualizar los estándares operativos”.
En su reemplazo, fue designado como nuevo titular de la cartera de Inteligencia el contador público Cristian Auguadra. “Su designación permitirá profundizar la modernización técnica y operativa del organismo, consolidar los mecanismos de control y planificación estratégica, y avanzar hacia un modelo de inteligencia ágil, integrado y moderno”, destacó el comunicado.
Aunque el cambio fue en cierto punto inesperado, fuentes de Casa Rosada atribuyeron la maniobra al asesor presidencial Santiago Caputo. Los trascendidos señalan que Neiffert se acercó al sector de Karina Milei cuando se hicieron públicos los resultados de las elecciones legislativas de medio término, lo que molestó al consultor.
En el último número de NOTICIAS, el periodista Juan González escribió: “Neiffert venía juntando broncas con el asesor estrella y luego del cambio de poder interno post elecciones empezó a buscar cobijo en el ala karinista, lo que despertó el enojo del ‘Mago del Kremlin’. De cualquier manera, los días de Neiffert al frente de los espías están contados, pero el episodio es trascendental: prueba que la avanzada final de la hermana hacia las cajas de Caputo, hecho que esta revista venía anticipando desde la guerra por el cierre de listas, ya comenzó. ‘Santiago ahora va a bajar la cabeza y esperar que cambien las olas’, dicen cerca suyo con resignación”.
Un dato llamativo del currículum de Neiffert es que, según su declaración jurada, figura como titular de la constructora New Francos SA, sociedad que comparte con su esposa, Silvina De Cenzo, pastelera profesional. La pareja del ex jefe de espías es propietaria de una confitería llamada “Espíritu Dulce”, ubicada sobre la Avenida del Libertador, en San Isidro. Ese emprendimiento se encarga de organizar las viandas que se venden en los edificios de la SIDE y en la Escuela Nacional de Inteligencia.
Mientras tanto, Auguarda se desempeñaba como Inspector General de la División de Asuntos Internos de la SIDE, responsable de controlar el destino de los cuantiosos fondos reservados del organismo. Como ocurre con varios funcionarios del gobierno mileista, el directivo proviene del macrismo residual.
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