
Dada la discusión sobre si el Gobierno debe reducir o eliminar los Derechos de Exportación (DEX), yo considero que debería optar por la eliminación, ya que los beneficios serían significativos. Sin embargo, independientemente de la decisión que se tome, hay diversas medidas en las que se puede trabajar para disminuir los costos en el comercio de granos y, de algún modo, lograr que esta reducción influya positivamente en los precios de producción, dado que los márgenes esperados son muy desfavorables. A continuación, presentaré ejemplos que van desde lo general a lo más específico.
En primer lugar, para reducir significativamente los costos de transporte:
– Elaborar un pliego para la licitación de la Hidrovía Paraná-Paraguay que no solo elimine la intervención estatal, sino que también promueva un calado que alcance, al menos, los 40 o 42 pies en el puerto de Timbúes, lo que permitiría una notable disminución de los costos de transporte marítimo por tonelada. Además, el costo del peaje por la circulación de los buques debería ser ajustado a la baja en función del incremento del tonelaje exportado desde los puertos del río.
Se podría reducir al mínimo el costo por tonelada mediante la intervención del Senasa en las exportaciones, dado que ya hay controladores privados de peso y calidad, evitando así la duplicidad de tareas y controles.
– Implementar un sistema de “Open Access” total en la red ferroviaria para el transporte de cargas, permitiendo que cualquier empresa o particular, al pagar un peaje al concesionario de la red, pueda hacer circular su propio material rodante por las vías, ya sea propio o alquilado a terceros. Esto debería complementarse con la licitación de las concesiones de la red ferroviaria que han sido prorrogadas.
– En caso de que el Estado no actúe, licitar el mantenimiento y las obras de infraestructura necesarias en las rutas nacionales, para aumentar los corredores habilitados para los llamados “bitrenes” (camiones con mayor capacidad de transporte).
– Revisar todos los convenios colectivos de trabajo del sector fluvial y portuario, adaptándolos a las nuevas tecnologías y sistemas de elevación y transporte, con el fin de evitar la obligación de incorporar personal innecesario.
En relación a ciertos costos de exportación y producción:
– Implementar la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de exportación en un plazo no mayor a 60 días corridos desde la fecha de exportación, permitiendo que las empresas realicen sus gestiones directamente, sin necesidad de la intervención de profesionales que incrementen los costos de recuperación.
– Permitir que las empresas puedan cerrar el tipo de cambio de sus exportaciones directamente en un mercado electrónico a definir, evitando la necesidad de pasar por un banco intermediario que encarece los costos.
– Minimizar el costo por tonelada mediante la intervención del Senasa en las exportaciones, ya que en todos los casos ya están presentes controladores privados de peso y calidad, evitando así la duplicidad de tareas y controles.
– Permitir que el saldo de “IVA técnico”, luego de un breve período, pueda ser utilizado para el pago de otros impuestos, convirtiéndose en un saldo de libre disponibilidad.
Estos son solo algunos ejemplos que se podrían complementar con muchos más que podrían surgir de distintos operadores en las cadenas de producción y comercialización de granos, a través de consultas.
El autor fue subsecretario de Mercados Agropecuarios. Escritor, su último libro publicado es “Julio Argentino Roca y la Conquista del Desierto”.