Miércoles, 1 de octubre de 2025   |   Campo

Productores invertirán US$100 millones para transformar una ciudad

Productores invertirán US$100 millones para transformar una ciudad

En el noroeste bonaerense, en el partido de General Villegas, surge un proyecto que promete trasformar la matriz energética y productiva del país: BioVi. En el establecimiento “El Clarinete”, sobre la ruta 188, el productor agropecuario Pierre Courreges lidera una iniciativa ambiciosa: la instalación de una planta de bioetanol a base de maíz, concebida bajo un esquema asociativo con la empresa Bio4, de Río Cuarto, Córdoba. La inversión estimada supera los US$100 millones.

La propuesta no solo apunta a generar energía renovable y alinearse con la agenda global de descarbonización, sino también a potenciar la economía regional, dinamizar la ganadería y consolidar a General Villegas como un polo de energía verde. La planta proyectada tendría una capacidad anual de 88.855 metros cúbicos de bioetanol, con una notable conversión: cada tonelada de maíz se transformaría en 410 litros de etanol automotor.

El proyecto va más allá del combustible. El proceso industrial también produciría 0,931 toneladas de burlanda húmeda y 15 kilos de aceite de maíz por cada tonelada procesada. Esos subproductos son estratégicos: la burlanda, por ejemplo, se consolidó como un insumo clave y más económico que el maíz para la alimentación en feedlots y tambos. Según el cálculo de la futura planta, diariamente se generaría suficiente burlanda para alimentar 80.000 cabezas de ganado. La burlanda representa en torno al 30% de la dieta en ganadería y alrededor del 10% en lechería.

La planta en General Villegas requerirá 234.000 toneladas de maíz al año, una demanda fácilmente cubierta en una región donde en 2023 la producción del cereal alcanzó los 9,8 millones de toneladasGza.

La elección de General Villegas no fue azarosa. La planta demandará 234.000 toneladas de maíz al año, un volumen que puede abastecerse sin dificultad en una zona cuya producción en 2023 llegó a 9,8 millones de toneladas, al contabilizar el oeste bonaerense junto con el sur de Córdoba, el este de La Pampa y el sur de Santa Fe.

Esa región es, además, un polo ganadero con un rodeo bovino de 1,65 millones de cabezas, lo que favorece la integración entre producción agrícola y pecuaria. La ubicación también aporta ventajas logísticas: “Disponibilidad de tren para transportar bioetanol”, detalla el plan.

Hoy en la Argentina el corte de bioetanol en combustibles es del 12%, repartido por igual entre maíz y caña de azúcar. Aunque apenas el 3,7% del maíz nacional se destina actualmente a esta industria, las empresas negocian con el Gobierno elevar el corte al 15%.

La iniciativa en General Villegas está directamente vinculada a ese cambio regulatorio. Courreges lo resumió con crudeza: “Si no sale la ley [por el incremento del corte] no se hace nada porque el mercado está abastecido. En cambio, con ese 3% adicional se abren nuevas oportunidades de inversión”.

El proyecto BioVillegas tiene como socio estratégico a Bio4, una compañía fundada por Manuel Ron y Marcelo Otero en Río Cuarto, que ya probó el modelo asociativo con éxitoGza.

El proyecto BioVillegas cuenta como socio estratégico con Bio4, la firma fundada por Manuel Ron y Marcelo Otero en Río Cuarto, que ya ensayó con éxito el modelo asociativo. El punto de inflexión llegó cuando Courreges y su grupo viajaron a Río Cuarto para conocer de cerca la experiencia de esa empresa

“Cuando fuimos a Bio4, la sensación fue de una industria impresionante. Esa planta la hicieron con 30 productores de la zona. Entonces se nos ocurrió que nosotros también podríamos hacer eso”, contó a LA NACION Courreges. Esa visita les transmitió la convicción de que un mecanismo similar podía replicarse en General Villegas con el impulso de los productores locales y bajo un esquema asociativo. La reunión terminó por convertirse en un compromiso concreto.

Courreges dijo que cuando fueron a Bio4 la sensación fue de una industria impresionante: “Esa planta la hicieron con 30 productores de la zona. Entonces se nos ocurrió que nosotros también podríamos hacer eso”Gza.

“Charlamos con ellos y nos dijeron que estaban para ayudarnos a hacerlo y ser parte del proyecto. Tienen el know-how, saben cómo hacerlo, llevan diez años en el mercado y conocen todos los vericuetos y vaivenes que puede tener esto, y nos pareció bárbaro”, explicó.

Así nació BioVi, la sociedad creada para llevar adelante la planta. Al principio, el interés estaba puesto en la burlanda, el subproducto del proceso, pero pronto advirtieron que la clave estaba en el combustible. “Había otro negocio que no habíamos considerado: el etanol. El desperdicio es el desperdicio. Esa es la realidad. El 70% de la facturación es etanol”, subrayó.

La inversión estimada asciende a US$107 millones. Hasta ahora, los impulsores ya consiguieron la mitad de los socios, entre productores e inversores locales, y ahora buscan completar el resto con financiamiento internacional, créditos verdes y la incorporación de nuevos asociados.

El impulso de este emprendimiento hunde raíces profundas. La historia de la familia Courreges en el agro argentino se remonta a 1905, cuando Pierre Ferdinand Courreges, abuelo del actual productor, llegó a Buenos Aires.

“Mi abuelo llegó de Francia en 1905 con 15 años. Primero consiguió trabajo como ayudante de dentista sobre la avenida 9 de Julio, pero enseguida dijo que quería ir al campo porque era lo que conocía”, recordó el productor.

El productor Pierre Courreges en su establecimiento El ClarineteGza.

Su vida fue difícil en sus inicios. “Primero se fue en carreta hasta Robert, partido de Lincoln, con mi abuela que también era francesa, de Biarritz, y daba clases a las familias pudientes de ese entonces. Ahí trabajaron de encargados en un almacén de Ramos Generales. Después, mi abuelo comenzó a alquilar lotes y sembrar trigo. Se fundió cinco veces: una vuelta sembró un trigo, se le brotó en la espiga por la humedad y no sirvió para nada. Hasta que consiguió comprar un campito en cuotas, se hizo una casa de adobe y empezó a producir”, relató.

Con perseverancia, su abuelo convirtió la adversidad en oportunidad y consolidó una explotación de 1.400 hectáreas que marcó el inicio de la historia familiar. Courreges recordó con orgullo: “En la crisis del 30, muchos productores devolvieron los campos porque no podían pagarlos. Mi abuelo fue al Banco Nación y le dijo al gerente que, si le daban esas tierras, él empezaba a pagar las cuotas. Así consiguió sus primeras 1400 hectáreas. Llovió y pudo cumplir con los pagos y; se armó su campo. Incluso se cambió el nombre porque quería ser argentino: de Pierre Ferdinand pasó a Pedro Ferdinando Courreges”.

La historia siguió con su padre, Paul, que amplió las tierras y se dedicó a la agricultura y la ganadería. Pierre, formado como ingeniero en Producción Agropecuaria, tomó la posta con una mirada más empresarial. “Hoy tenemos unas 4000 hectáreas de soja, maíz y trigo, y un feedlot de 10.000 cabezas. En 2005 empezamos a encerrar hacienda en General Villegas y trajimos toda la que teníamos en otras provincias. Eso nos permitió crecer en escala”, explicó.

En su campo, Pierre Courreges recorre junto a sus nietos los lotesGza.

Esa trayectoria lo impulsó a pensar en un nuevo salto productivo: transformar el maíz en energía y en subproductos para la ganadería. El proyecto comenzó a cristalizarse tras las recorridas del grupo CREA Villegas por distintos países. “Siempre veíamos que uno de los grandes alimentos que utilizaban en los feedlots era la burlanda. Decíamos que era una ventaja enorme tener este subproducto”, contó.

El impulso definitivo llegó cuando se instaló una línea de gas frente a su campo. “El tubo de gas pasa por la tranquera de El Clarinete, donde está el feedlot, y además pasa una línea de alta tensión. Teníamos la energía, solo faltaba el marco país”, relató.

Con la llegada de Javier Milei al poder, Courreges vio que era el momento de apostar. “La idea era invertir y tratar de producir como se hace en cualquier país normal. Entonces salimos a ver dentro de la Argentina tecnologías nuevas y fuimos a Bio4”, recordóGza.

Con la llegada de Javier Milei al poder, Courreges entendió que era el momento de apostar. “La idea era invertir y tratar de producir como se hace en cualquier país normal. Entonces salimos a ver dentro de la Argentina tecnologías nuevas y fuimos a Bio4”, recordó.

El proyecto pretende además un impacto ambiental positivo: el bioetanol mejora la descarbonización en un 70% respecto de las naftas tradicionales. En términos económicos, la iniciativa prevé la creación de 100 empleos directos y 300 indirectos, además de dinamizar el mercado de granos y carnes en la región.

El plan se enmarca en un modelo de economía circular que articula agricultura, energía y ganadería, con un impacto regional difícil de replicar en otras zonas del país.

En la actualidad, en El Clarinete, poseen unas 4000 hectáreas con cultivos de soja, maíz y trigo, y un feedlot de 10.000 cabezasGza.

Courreges no dudó en subrayar que este impulso tiene raíces familiares. “Capaz que tengo el espíritu de emprendedor de mi abuelo, como me dice mi madre. Soy una persona a la que le gusta invertir, ir para adelante y tratar de sacar cosas que funcionen para la zona rural donde vivo”, aseguró.

Su mirada, dijo, también incorpora un trasfondo espiritual. “Miro todo desde el punto de vista cristiano: soy empresario y vengo a este mundo a dar trabajo, a producir, a que el país salga adelante, elegimos ser parte de la solución”, afirmó.

El desafío inmediato es doble: completar la ronda de inversión y lograr que se eleve el corte de bioetanol. “Estamos convocando nuevos socios todas las semanas, en contacto con empresas americanas que están acostumbradas a invertir en países emergentes y también llevando el proyecto a Francia, Bélgica y Austria para buscar inversores”, detalló.

El horizonte es nítido. “Brasil acaba de pasar del 27 al 30% de corte de bioetanol y en un año hizo siete plantas nuevas. Nosotros empezamos juntos en 2010: ellos tienen 25 plantas y nosotros apenas seis”, finalizó.

Déjanos tu comentario: