
Las cámaras que agrupan a los productores de bioetanol —obtenido a partir de maíz y caña de azúcar— solicitaron formalmente al Senado de la Nación que apruebe el proyecto de ley que modifica el marco regulatorio de los biocombustibles, con la finalidad de elevar el corte obligatorio en las naftas del 12% al 15%. En una carta dirigida a los despachos de la Cámara Alta, el Centro Azucarero Argentino y la Cámara de Bioetanol de Maíz calificaron la normativa vigente como un “marco regulatorio agotado” que frena la actividad y las inversiones. Señalaron que los incrementos del corte pueden implementarse sin costo fiscal, sin afectar el precio en surtidor y sin perjudicar a las petroleras.
El proyecto, aseguran, surge de un amplio consenso entre las nueve provincias que conforman la Liga Bioenergética —Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe y Tucumán— y las cámaras de bioetanol del sector. También cuenta con el respaldo de la Unión Industrial Argentina (UIA) y es impulsado por la senadora cordobesa Alejandra Vigo. Este miércoles se prevé su tratamiento en la Comisión de Minería, Energía y Combustibles del Senado, además de una reunión con la Comisión de Presupuesto.
Patrick Adam, director ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz, y Jorge Feijóo, presidente del Centro Azucarero Argentino, coincidieron en que la iniciativa constituye una “verdadera política de Estado para una industrialización federal” que no implica costo fiscal, genera ahorro de divisas y fomenta la competencia.
El proyecto propone un cambio profundo en el funcionamiento del mercado, eliminando los cupos y los precios discrecionales vigentes. Entre sus medidas se destaca el aumento del corte obligatorio, elevando la mezcla de bioetanol en naftas del 12% al 15%. Además plantea la creación de un mercado libre por encima del umbral obligatorio del 15%, lo que ampliaría las opciones de combustibles y movilidad para los consumidores, incluidos los vehículos flex o híbridos. Para el gasoil, el proyecto prevé que el porcentaje de biodiésel pase del actual 7,5% al 15% en un plazo de tres años, e incorpora un esquema diferenciado del 10% para la región patagónica, sujeto a revisiones periódicas.
El objetivo de elevar el corte obligatorio en las naftas del 12% al 15% — Nicolás Suárez
Los directivos también subrayaron la necesidad de “licitaciones transparentes”. Informaron que se sustituirían los cupos y los precios fijados por el Estado por un sistema de licitaciones públicas por volumen y precio, con un tope anclado en la paridad de importación para proteger al consumidor.
Destacaron además la participación del sector petrolero en la transición: “El proyecto permite que las empresas petroleras participen en el mercado del bioetanol, integrando soluciones concretas frente al enorme desafío ambiental de ese sector”. Los impulsores sostienen que la medida no afecta los intereses de las empresas petroleras ni de las provincias productoras de hidrocarburos, ya que el bioetanol adicional reemplazaría únicamente nafta importada.
“La actual ley está agotada, está frenando inversiones, desarrollo, mayor producción y uso de los biocombustibles. El bioetanol es positivo para el país, las petroleras, los sectores que los producimos y para el medio ambiente. Desde que se sancionó la ley de biocombustibles, la superficie con caña de azúcar creció un 42% y la capacidad instalada para producir bioetanol, se triplicó. Esto es el resultado de inversiones cercanas a los 600 millones de dólares en estos años”, aclaró Feijóo.
La caña de azúcar es un cultivo plurianual y las inversiones industriales han sido numerosas, al igual que las destinadas al cuidado ambiental. “El sector sucroalcoholero, la agroindustria de mayor relevancia socioeconómica del NOA, para el sector, el bioetanol es decisivo para su competitividad y desarrollo. Ese incremento en la superficie cañera, en la capacidad industrial y producción, ha sido posible gracias al bioetanol y es lo que aspiramos a sostener, seguir creciendo con inversiones tanto en campo como en industria“, mencionó el directivo.
En el Congreso hay tres proyectos de ley que buscan ser tratados
Según detallaron, las naftas argentinas no alcanzan los octanos que exige la especificación técnica, que requiere un mínimo de 95 octanos. “Gracias al etanol, que tiene muchos más octanos, se comporta y sustituye a los aditivos que de otra manera deberían ser importados y que son contaminantes, como el Metil Tert-Butil Éter (MTBE) y el tolueno. El alcohol, además, el bioetanol, además de sustituir naftas importadas, sustituye aditivos, que son muchos más costosos que el alcohol, de manera que es un beneficio a los costos de la petrolera y evita el giro de divisas por esas importaciones”, justificaron.
Feijóo explicó que le remitieron a la Secretaría de Energía una solución para que los aumentos del corte de los biocombustibles no tengan costo fiscal y tampoco incidan en el precio en surtidor ni en la rentabilidad de las petroleras. “Es un procedimiento simple que se resuelve mediante resolución de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), que redistribuye en la nueva porción de fósil que queda en la mezcla el importe que se viene recaudando por los impuestos ICL e ICO2 por litro al consumidor. En resumen, los aumentos de corte se pueden hacer sin costo fiscal, sin impacto en el precio en surtidor y sin impacto a las petroleras”, sintetizó.
Cabe recordar que la senadora Beatriz Ávila también presentó un proyecto para modificar la Ley 27.640 de biocombustibles, proponiendo aumentar los porcentajes de corte obligatorio de biodiésel en gasoil del 7,5% al 18% y de bioetanol en naftas del 12% al 18%.
En tanto, el proyecto de la diputada libertaria Lorena Villaverde no especifica un aumento fijo en el porcentaje de biocombustibles; sin embargo, en el contexto de la Ley Bases, donde se debatió la regulación del sector, se proponía elevar los cortes de gasoil del 7,5% al 10% y de nafta del 12% al 15%, con la perspectiva de futuras ampliaciones. Aún no fue tratado en Comisión.