Jueves, 22 de mayo de 2025   |   Campo

Productor expresa su preocupación por el descuido de los caminos rurales en Buenos Aires

Productor expresa su preocupación por el descuido de los caminos rurales en Buenos Aires

La falta de mantenimiento, el desvío de fondos y las fuertes lluvias han revelado una red vial en estado crítico en la provincia de Buenos Aires. Esto ha dejado a numerosos productores aislados, ha paralizado obras importantes y ha puesto en evidencia la necesidad urgente de reformar la normativa vigente.

Roberto Cittadini, vicepresidente 1º y coordinador de la Comisión de Caminos Rurales de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), destacó en diálogo con LA NACION que “los caminos rurales no son solo para sacar una jaula de hacienda o un camión de cereal; son parte fundamental del desarrollo del interior productivo”. Desde su experiencia como productor agropecuario en la zona de Pigué, Cittadini denunció el estado de abandono de la red vial bonaerense.

Cittadini describió una situación marcada por la desidia oficial, la falta de planificación y fenómenos climáticos extremos. “Hoy, los intendentes cobran una tasa vial como contraprestación por un servicio que, en la mayoría de los casos, no prestan. Ese dinero se destina a otros usos, lo que lleva al deterioro de las vías”, advirtió.

Los números son impactantes: la provincia cuenta con 105.000 kilómetros de caminos rurales, de los cuales 25.000 son provinciales. A pesar de que son responsabilidad de los municipios, no reciben el mantenimiento adecuado. “Son rutas de tierra que conectan localidades y están completamente deterioradas”, agregó.

La situación se complica aún más con el clima adverso. Cittadini indicó que para la región de Bahía Blanca y áreas aledañas ya han transcurrido más de dos meses de emergencia climática. “Hay rutas nacionales cortadas, tramos de tierra en la Ruta 33, problemas en la Ruta 3, puentes destruidos y caminos provinciales intransitables. Todo esto evidencia la fragilidad del sistema y la falta de infraestructura generalizada”, afirmó.

El representante de Carbap también mencionó que, tras las últimas tormentas, muchos productores quedaron aislados. “La situación es crítica, hay necesidades urgentes. Muchos debieron almacenar su cereal en silobolsa debido a problemas logísticos. Ahora hay que evaluar si la calidad se mantiene o si se producirán pérdidas”, expresó.

Uno de los reclamos más insistentes se centra en la paralización de obras clave, como el tramo 4, sección 2 del dragado del río Salado. “Esa obra es trascendental, de vital importancia, así lo ha señalado el Consejo Asesor. Está financiada por todos los contribuyentes a través del fondo hídrico nacional y el impuesto a los combustibles. Su detención ha causado inundaciones en distritos del norte. Es urgente que se retome”, exigió.

Cittadini también criticó la falta de voluntad política. “La red vial ha estado abandonada por muchos intendentes durante años, pero también son culpables los concejales al aprobar presupuestos y rendiciones de cuentas. Es necesario que se involucren de verdad”.

Asimismo, propuso la reforma de la Ley 13.010, que regula la distribución de los recursos del impuesto inmobiliario rural para los caminos rurales provinciales. “Es necesario actualizarla. Proponemos aumentar la coparticipación, hoy en un 12,5%, y crear un ente auditor que monitoree mensualmente los fondos y sancione a los intendentes que no presenten planes de trabajo”, detalló.

Cittadini subrayó que los caminos rurales son esenciales no solo para la actividad agropecuaria, sino también para otros ámbitos como el turismo, la educación y la salud. “Es una red que conecta y sostiene la vida en el interior”, insistió.

Frente a esta situación, hizo un llamado a la acción colectiva. “Instamos a todos los poderes del Estado a dejar de lado las mezquindades políticas y aunar criterios. Se necesita planificación y gestión, porque el panorama es complicado y llevará años revertirlo”, admitió.

Cuestionó, además, el rol del Estado respecto al aporte del agro: “Somos los mayores proveedores de dólares del país y tributamos todos los impuestos posibles. Pero con las retenciones, además, nos extraen recursos que nunca regresan en forma de servicios”.

El impacto económico es considerable. “El campo invierte anualmente entre 14.000 y 16.000 millones de dólares. Sumando las economías regionales, alcanzamos los 24.000 millones de dólares. Sin embargo, sufrimos una presión fiscal enorme y caminos que dificultan el movimiento de nuestra producción”, denunció.

Para concluir, Cittadini dejó una reflexión profunda: “A menudo nos sentimos ciudadanos de segunda, sin servicios, sin planificación ni visión. Y eso es lo que más duele, porque el interior productivo también desea crecer, pero necesita caminos para hacerlo”.

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