El teniente general Carlos Alberto Presti juró como nuevo ministro de Defensa de la Nación ante el presidente Javier Milei, en una ceremonia que cerró la transición tras la salida de su antecesor, Luis Petri. La designación, formalizada el 10 de diciembre de 2025, constituye un hito: Presti —hasta hace pocos días jefe del Estado Mayor General del Ejército— asumió la dirección de una cartera que, desde el regreso de la democracia, había estado a cargo de civiles.
La llegada de Presti, oficial de extensa trayectoria en las Fuerzas Armadas, provocó polémica. Organizaciones políticas y de derechos humanos habían advertido que su nombramiento suponía un giro institucional importante, en parte porque es hijo del militar Roque Carlos Presti, señalado en acusaciones por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar.
Ese pasado familiar fue el eje de las críticas de sectores de la Unión Cívica Radical, especialmente de la UCR de La Plata, que sostuvo que designar a un militar al frente de Defensa constituye un retroceso institucional. Criticaron el silencio del ministro respecto de las acusaciones contra su padre y la falta de una declaración nítida en defensa del consenso democrático surgido en Argentina desde 1983. Para dirigentes radicales, conservar la conducción de Defensa en manos civiles es un principio esencial de la República que no debe quebrarse.
En paralelo, el nuevo ministro quedó en el centro de un episodio de desinformación que cobró difusión en . Se viralizó una imagen manipulada que lo mostraba junto a un Ford Falcon verde —un auto con fuertes connotaciones simbólicas por su asociación con la represión durante la dictadura—. Esa foto resultó falsa: fue generada por inteligencia artificial; la propia imagen mostraba una marca de agua de Gemini y análisis técnicos con herramientas especializadas confirmaron que se trataba de una composición artificial, además de que la patente visible pertenecía a otro vehículo, no al Falcon que se afirmaba.
Aunque fue desmentida, la viralización de la imagen alimentó la discusión pública y evidenció cómo los contenidos manipulados pueden moldear la percepción política de figuras públicas en un clima ya polarizado. La conjunción de críticas políticas formales y estos cruces digitales refleja el tono con que la llegada de Presti al Gabinete ha sido recibida: un avance relevante para el Gobierno, pero también un foco de debate entre quienes desconfían de la presencia militar en un rol civil y preocupados por la narrativa sobre autoridad y memoria histórica en la Argentina contemporánea.
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