
Tras meses de críticas de economistas y bancos internacionales, el equipo económico reformuló el esquema de flotación de las bandas cambiarias. Para justificarlo, apeló a otro argumento: el inicio de una nueva fase del programa de remonetización de la economía, que habilitaría al Banco Central de la República Argentina (BCRA) a comprar reservas.
El lunes, en el quinto piso del Ministerio de Economía, reinaba una tensa paz propia de la época del año, aunque más intensa de lo habitual. Era la calma que antecedía a los anuncios: alrededor de las 17:30, el BCRA convocó a una conferencia de prensa encabezada por su presidente, Santiago Bausili, para despejar las dudas sobre la nueva etapa del sendero económico.
Horas antes, el Central comunicó que, desde el 1 de enero de 2026, las bandas se ajustarán según el último dato disponible de inflación. En paralelo, la autoridad monetaria comprará reservas con un techo de intervención en el mercado equivalente al 5% diario. Las opiniones de los economistas no tardaron en llegar: si bien positivas, advirtieron que la medida podría repercutir en el dólar y en la inflación.
Bandas cambiarias, dólar e inflación
Bausili rechazó ese planteo durante la conferencia que ofreció junto al director del Banco Central e integrante del equipo económico, Federico Furiase: “Que las bandas se ajusten por la inflación no quiere decir que va a ser mayor o menor, va a depender de la inflación, le está dando un grado de flexibilidad a las bandas. Nosotros creemos que es un aporte para la reducción de incertidumbre hacia adelante”.
Uno de los planteos centrales de los analistas señalaba que las bandas —que hasta ahora avanzan al 1% mensual y lo seguirán haciendo hasta el inicio de 2026— se ubican por debajo de la inflación, que lleva cuatro meses en aceleración. La decisión del BCRA de cambiar el ritmo de ajuste de las bandas contrastaba con la proyección del presidente Javier Milei de alcanzar inflación cero a mediados de 2026.
Bausili sostuvo: “Esto es muy consistente con un sendero de baja de la inflación. Porque la inflación, como explicó el presidente en varias oportunidades, tiene que ver, desde el punto de vista del impacto monetario, con un exceso de oferta y se puede dar por aumento en la oferta y caída en la demanda o una combinación de las dos cosas (…). Vamos a ir a un proceso en donde la demanda de dinero aumenta y la oferta de dinero aumenta a través de la compra de reservas, pero a un ritmo menor que es consistente con una reducción de la inflación en el tiempo”.
Al mismo tiempo, el funcionario subrayó que “la mayoría de los días no nos debería sorprender que el BCRA esté comprando dólares en el mercado y se definió como un parámetro sobre la participación: la idea es participar en un volumen que no afecte el buen funcionamiento y la estabilidad del mercado de cambio, por eso hablamos de un monto que esté en línea con el 5% del volumen diario”. No obstante, aclaró que eso dependerá de los volúmenes negociados en el Mercado Libre de Cambios (MLC).
“Que el BCRA esté comprando y acumulando reservas no implica que el sesgo del tipo de cambio sea hacia arriba porque esto se está haciendo en respuesta a un aumento en la demanda de dinero”, aclaró y sumó que la forma de abastecer es que la autoridad monetaria compre reservas.
Un informe de Adcap consideró positiva la medida al asegurar que se configura un escenario promisorio para los bonos en moneda dura, aunque marcó algunas consecuencias negativas. “El BCRA se está moviendo en la dirección correcta, aunque la inflación y el tipo de cambio podrían enfrentar algunas presiones en el corto plazo”, expresaron desde la ALyC.
A cuánto corren las bandas
La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la inflación de noviembre fue de 2,5% y, aunque el ministro de Economía, Luis Caputo, celebró el dato, se trató del cuarto mes consecutivo de aceleración.
En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), publicado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), las estimaciones privadas se aceleraron. La mediana de respuestas situó la inflación de noviembre en 2,3 % (en la consulta anterior habían señalado 1,9%). Para diciembre proyectan un avance del 2,1% a nivel general, y entre enero y abril de 2026 la inflación se ubicaría entre 1,9% y 1,5%, según las consultoras que releva mensualmente el BCRA.
Al usar el último dato disponible para actualizar las bandas cambiarias, en enero de 2026 deberían ajustarse al 2,5%, en consonancia con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de noviembre de 2025.
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