Más allá de los posicionamientos políticos que todo el mundo tiene derecho a tener, el Premio Nobel de la Paz concedido a Corina Machado, de Venezuela, es una afrenta lisa y llanamente a la paz mundial.
Alguien que solicitó la invasión de Estados Unidos a su país, alguien que colaboró cada vez que pudo para vaciar al gobierno de Venezuela, y alguien que jamás estuvo a favor de la paz sino, por el contrario, tuvo actitudes violentas, no puede bajo ningún punto de vista representar al Premio Nobel de la Paz.
Está claro que la decisión de otorgarle el galardón forma parte de la cabecera de playa que están preparando para voltear el gobierno de Venezuela y que Estados Unidos se haga cargo de la riqueza de este país latinoamericano.
Pensar en Rigoberta Menchú, en la Madre Teresa de Calcuta, en Adolfo Pérez Esquivel —por dar solo algunos nombres de quienes hicieron grandes esfuerzos para terminar las masacres e injusticias de los pueblos—, es una verdadera afrenta sumar este nombre a la lista.
Creo que el capital económico mundial manejado por Estados Unidos está preparando el territorio para invadir Venezuela y quedarse con su riqueza.
* Diputado provincial UCR.
