Jueves, 30 de octubre de 2025   |   Campo

Por qué se sembraron 24.000 hectáreas con girasol

Por qué se sembraron 24.000 hectáreas con girasol

El girasol recuperó protagonismo en los planteos agrícolas argentinos. En un contexto que tensiona los márgenes de la mayoría de los cultivos, su demanda sostenida, la buena adaptación a distintos ambientes, el bajo costo de implantación y la mejora en los precios lo consolidan como una opción sólida dentro de la rotación en muchas zonas estratégicas. Pero más allá de los números coyunturales, el girasol brinda una oportunidad de fondo: afianzar un modelo productivo más eficiente, tecnificado y diversificado.

Desde el punto de vista productivo, el principal avance de los últimos años provino del mejoramiento genético. Los nuevos híbridos —tanto linoleicos como alto oleicos— presentan rendimientos comparables, con una mejora notable en sanidad, estabilidad de rinde en diversas zonas y mayor potencial productivo. Eso permitió que el girasol recupere terrenos donde había sido desplazado por enfermedades como la phomosis o el mildiu, hoy mucho más controladas gracias a la genética y al manejo.

Otro factor clave es la adaptación del cultivo a situaciones de estrés hídrico. El girasol muestra una marcada estabilidad interanual: responde relativamente bien en años secos y, con un manejo apropiado, puede sostener rendimientos donde otros cultivos flaquean. Esto no significa que prescinda del agua, sino que tolera mejor su ausencia y se ve más perjudicado por los excesos. Por eso resulta determinante elegir el ambiente y la fecha de siembra adecuados.

Un aspecto que los productores debemos reforzar es la aplicación de tecnología de precisión y el conocimiento detallado de los ambientes. En ADBlick Granos trabajamos con siembra variable y ajustes de densidad según el potencial de cada lote. Además, realizamos análisis previos de nitrógeno para definir dosis ajustadas y eficientes. Son prácticas que marcan la diferencia, sobre todo en un cultivo en el que muchas veces se invierte poco y se espera mucho. El girasol necesita un buen arranque: garantizar una siembra pareja y una implantación correcta es el primer paso para un buen resultado.

Históricamente, el girasol ocupa un lugar estratégico dentro del portafolio productivo

En nuestra compañía, el girasol ocupa históricamente un lugar estratégico dentro del portafolio productivo. Este año estamos sembrando alrededor de 72.000 hectáreas, de las cuales más de 24.000 corresponden a girasol, lo que representa un crecimiento aproximado del 40% respecto de la campaña anterior. En su mayoría —más del 90%— se trata de híbridos de alto oleico, con los que buscamos un mejor premio de precio por calidad y contenido de aceite, sin resignar productividad.

Hoy, el girasol constituye una alternativa rentable y estratégica y, sobre todo, una herramienta para producir mejor

Aun con estos avances, persisten desafíos estructurales. El primero es cultural: en muchas áreas donde el girasol fue tradicional se dejó de sembrar por desconocimiento o falta de actualización técnica. Su reintroducción exige capacitación y difusión de buenas prácticas. El segundo reto es ampliar la superficie sin perder eficiencia: no se trata de sembrar más por sembrar, sino de hacerlo en ambientes donde la tecnología y las condiciones acompañen. Y el tercero, fortalecer la articulación de la cadena para garantizar un crecimiento sostenido que atraiga mayor inversión industrial y comercial.

En síntesis, el girasol es hoy una alternativa rentable y estratégica y, sobre todo, una herramienta para producir mejor: diversifica, mejora los suelos y aporta estabilidad. Con genética moderna, manejo de precisión y una visión de largo plazo, la Argentina tiene todo para consolidarse nuevamente como un actor relevante en el mapa mundial del girasol.

El autor es gerente de Producción de ADBlick Granos

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