
Más que conocida es la importancia a nivel mundial del sectoragroindustrial argentino. Que se sostiene en datos bien elocuentes: somos unode los tres principales proveedores de cereales y oleaginosas del mundo, el primerexportador de harina de soja y de aceite de soja, el segundo exportador mundialde semillas de girasol, el segundo/tercer exportador mundial de maíz, elséptimo de trigo y el quinto productor y principal exportador mundial debiodiésel. Pero ese rol tan protagónico no sería posible sin la rica tradiciónde una provincia como Santa Fe, cuyo actual complejo productivo es fundamentalpara sostener las exportaciones y el ingreso de divisas al país.
La mayor parte de estos productos se originan en loscultivares de la Región Centro (provincias de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe),pero se industrializan en las plantas de la provincia de Santa Fe. Las 20terminales portuarias del Gran Rosario y su capacidad conjunta de molienda degranos, por ejemplo, configuran el segundo mayor complejo oleaginoso del mundo(y cerca del 80 por ciento de la capacidad instalada nacional). Además deaceites y harinas proteicas, principales productos de esas plantas, algunos deesos puertos también poseen instalaciones industriales para la producción debiodiesel.
Las revoluciones verdes
Para entender la relevancia que hoy tiene una provincia comoSanta Fe en la agroindustria nacional hay que bucear un poco en la historia. Laprimera “revolución verde” local, esto es el primer incrementoimportante de la productividad agrícola, se inició en Santa Fe a mediados delsiglo XIX, con sus excedentes exportables y la creación de los molinosharineros que les agregaron valor a las materias primas. La llegada de familiasinmigrantes europeas, como las que se instalaron hacia 1856 en Colonia de laEsperanza, y la construcción de un ferrocarril a vapor que vinculaba a laciudad de Santa Fe y su puerto con las colonias agrícolas del centro-norte,fueron algunos de los factores que impulsaron la producción.
Con la segunda “revolución verde”, ya en el sigloXX, el tiempo se aceleró. La biotecnología corrió el velo de las cadenasgenéticas de las plantas y acortó procesos adaptativos que en la naturalezallevan mucho tiempo. Las semillas se cargaron de contenido inteligente y losresultados multiplicaron los volúmenes de producción. Los laboratoriosagrobiotecnológicos del Litoral y Rosario, en continuas interacciones queensanchan los saberes teóricos y prácticos, han obtenido el reconocimientointernacional de patentes que protegen innovaciones argentinas en el terreno delas ciencias agrarias. Y trabajan día a día en busca de nuevos hallazgos ysoluciones.
En la actualidad, la informática se ha asociado a todas lasactividades productivas, incluidos equipos de siembra y cosecha. La guíasatelital de las tareas, por ejemplo, permite lograr precisión centimétrica enuna agricultura cada vez más eficiente y competitiva que evoluciona hacia el automatismoy la robótica. La fabricación de maquinaria de última tecnología en distintospueblos de la provincia, se articula con avances significativos enbiotecnología vegetal.
Investigar y producir
Pero Santa Fe no sería hoy lo que es si a esa rica tradiciónagroindustrial no se le hubiera dado continuidad a través de políticas públicastendientes a fomentar y proteger la producción. “Es un sector al que hayque potenciar y darles reglas de juego claras y estables en el tiempo. Ademáshay que garantizarle el financiamiento para que realmente pueda invertir y seael gran motor del desarrollo argentino”, señaló el gobernador, MiguelLifschitz, durante su conferencia de prensa en Expoagro.
Prueba de ello es que actualmente los tres principalescultivos de la provincia están teniendo buenos desempeños y perspectivas. Eltrigo terminó su campaña en diciembre pasado con una favorable combinación dealto rendimiento por hectárea promedio y buen precio internacional: por lospuertos del Gran Rosario se exportaron 7,8 millones de tn en 2018. La cosechade maíz avanza a buen ritmo y con rendimientos superiores a los de la campañaanterior, en tanto que la soja temprana presenta un buen nivel de desarrollo,con el 80 por ciento de los cultivares en estado “bueno a muy bueno”,con lotes excelentes; la tardía, por su parte, muestra homogeneidad,uniformidad de lotes y buenas estructuras de plantas.
En Santa Fe se investiga. En 2009 Estados Unidos otorgó lapatente al gen Hahb.4 de tolerancia al déficit hídrico en plantas de trigo,maíz y soja, un logro mundial del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral.En Santa Fe también se hacen obras: en los últimos 14 años, las obras deinfraestructura en nuevas terminales portuarias, centros de acopio y plantasprocesadoras de granos a la vera del río superaron los 2.500 millones dedólares de inversión. Y en Santa Fe también se produce: los embarquesevolucionaron de 7 a 68 millones de toneladas exportadas por los puertos delGran Rosario en la campaña en 2017.