Jueves, 25 de diciembre de 2025   |   Internacionales

Polonia interceptó avión ruso en el Báltico y reforzó control en la frontera con Bielorrusia tras detección de globos

La respuesta incluyó el despliegue de cazas en aguas internacionales, el monitoreo de objetos no tripulados que ingresaron desde el este y restricciones temporales a la aviación civil
Polonia interceptó avión ruso en el Báltico y reforzó control en la frontera con Bielorrusia tras detección de globos

Cazas polacos interceptaron este jueves un avión ruso de reconocimiento que sobrevolaba el mar Báltico, cerca de su espacio aéreo, en un episodio que se suma a una serie de incidentes recientes en el flanco oriental de la OTAN.

El hecho tuvo lugar en aguas internacionales pero dentro del área de responsabilidad asignada a Polonia, y coincidió con la detección nocturna de objetos que ingresaron al espacio aéreo desde Bielorrusia, lo que motivó restricciones temporales a la aviación civil en el noreste del país.

Las autoridades militares polacas informaron que se despegaron cazas para “interceptar, identificar visualmente y escoltar” a la aeronave rusa, calificada como avión de reconocimiento.

El operativo se realizó sin que la nave atravesara formalmente el espacio aéreo nacional, aunque fue considerado relevante por su cercanía a las fronteras y por el contexto regional. Desde septiembre, los países del flanco oriental de la OTAN reforzaron la vigilancia tras varios episodios de violaciones del espacio aéreo, entre ellos un caso en Estonia y entradas previas de drones en territorio polaco.

En paralelo, durante la madrugada se registró el ingreso de varios objetos procedentes de Bielorrusia. Tras un análisis técnico, las fuerzas armadas polacas concluyeron que “lo más probable es que se tratara de globos de contrabando, desplazándose según la dirección y la velocidad del viento”. El seguimiento fue continuo mediante sistemas de radar y, por precaución, se cerró temporalmente una porción del espacio aéreo en la región de Podlaquia, fronteriza con Bielorrusia, para proteger la seguridad de los vuelos civiles.

Las restricciones se mantuvieron durante la noche y la madrugada, y luego fueron levantadas.

El ministro de Defensa de Polonia, Władysław Kosiniak-Kamysz, destacó el despliegue permanente de las fuerzas armadas y aseguró que “todas las provocaciones, tanto sobre el Báltico como en la frontera con Bielorrusia, estuvieron bajo pleno control”. En su mensaje, agradeció a “casi 20.000 soldados que, incluso durante las fiestas, velan por nuestra seguridad”.

Estos episodios aéreos ocurrieron en medio de un nuevo deterioro de las relaciones diplomáticas entre Varsovia y Moscú. Este jueves, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, reaccionó ante la situación del consulado ruso en la ciudad polaca de Gdansk, cuya actividad fue clausurada por decisión del gobierno polaco.

Zajárova advirtió sobre posibles consecuencias y afirmó: “Recomendamos que los polacos, que aparentemente tienen la cabeza calentada por la fiebre, piensen primero en todas las posibles consecuencias de acciones ilegales y provocadoras”.

La vocera sostuvo que, aunque el consulado dejó de operar, el edificio sigue siendo propiedad de Rusia. Según explicó, “esta propiedad fue entregada a la Unión Soviética para su uso ilimitado y gratuito en el período de posguerra”, y añadió que existen “muchos ejemplos de cómo responde Rusia y cuán dolorosas son esas respuestas para quienes actúan de manera ilegal” contra su país.

El trasfondo del conflicto diplomático se remonta a noviembre, cuando el canciller polaco Radosław Sikorski anunció el cierre del consulado en Gdansk en respuesta a supuestos actos de sabotaje ferroviario atribuidos a servicios rusos.

Varsovia fijó un plazo para que el personal abandonara el edificio, pero funcionarios polacos no pudieron ingresar después, mientras la embajada rusa comunicó que sus empleados no se retirarían, al considerar que el inmueble pertenece a la Federación Rusa.

La suma de incidentes militares y disputas diplomáticas refleja el nivel de tensión en Europa del Este, donde la vigilancia aérea, el control de fronteras y los desacuerdos sobre propiedades diplomáticas se desarrollan en un clima de desconfianza sostenida. Para los países de la región, la prioridad declarada es mantener la seguridad y el control del espacio aéreo, mientras las fricciones políticas con Moscú siguen en escalada.

(Con información de Reuters)

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