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Martes, 28 de febrero de 2023

(Político entrerriano) Piden 22 años de cárcel para un intendente acusado de violar a tres mujeres

(Político entrerriano) Piden 22 años de cárcel para un intendente acusado de violar a tres mujeres
Ángel Fabián Constantino, el intendente de Gilbert acusado de abuso sexual.

Luego de dos semanas de juicio en los tribunales deGualeguaychú, este martes fue el día de los alegatos de clausura y la querellapidió 22 años contra Angel Constantino, intendente peronista de Gilbert, EntreRíos, acusado de triple abuso sexual. La sentencia, que se iba a conocer el 7de marzo, se postergó al 13 “por la complejidad de cada caso enparticular”, señalaron a Clarín fuentes cercanas.

El lunes Constantino respondió preguntas solo a la defensa-rechazó contestarle a la parte acusadora-, desestimó las acusaciones y sedeclaró inocente. El jefe comunal se encuentra desde abril del año pasado conprisión domiciliaria, gozando de los haberes de su puesto.

“Me saqué un elefante de encima. Costó mucho revivirtodo lo que sufrí y encima delante de esa persona, si se puede llamar persona.Lo vi cuando entré a los tribunales, pero no después de declarar, porque tuveun ataque de pánico que me descompensó. Sentir al degenerado que me violóbrutalmente tan cerca fue como volver a sentir su respiración como aquellavez”.

Norma S. tiene 59 años y es una víctima de Constantino. Ellaes de Gualeguaychú, pero vive en Gilbert, “el pueblo del infierno”,como lo llama. Junto a ella están Luján A. (40) y Verónica P. (29), tambiénvíctimas, que este martes asistieron a los Tribunales de Gualeguaychú -a unos70 kilómetros de Gilbert– pero no presenciaron la jornada de audiencias.

“Es demasiado volver a escuchar todo. No queremosseguir torturándonos, estamos aquí, sentimos que teníamos que venir, pero conestar aquí afuera, en la calle, pidiendo por su condena es suficiente”,dice Luján. Verónica, a su lado, piensa similar. “Verle la cara a ese tipoes aterrador. Prefiero estar aquí, me siento más contenida”.

Norma, la más grande de las tres, pide paciencia.”Tenemos que confiar en el buen trabajo de nuestro abogado, Juan IgnacioWeimberg y de la fiscalía. Más no podemos hacer”.

Constantino, quien cumple prisión domiciliaria, está siendosometido a juicio -empezó el 13 de febrero- en los Tribunales de Gualeguaychú,acusado de abusar sexualmente de tres mujeres.

“Estoy más aliviada, sólo espero que la Justicia esté ala altura”, le dice a Clarín Norma, la tercera víctima de Constantino, quepudo declarar días atrás, en los tribunales de Gualeguaychú, como hicierontambién María Luján y Verónica.

“Vi al monstruo”

María Luján A. (40) trabajó en el área de prensa de Gilberty respondía directamente para Constantino. Su oficina en la Municipalidadlindaba con la del jefe comunal. Luján revive ante este medio las vivencias desu reciente declaración en los Tribunales de Gualeguaychú. “Fue unatortura estar ahí”.

Luján declaró con Constantino a unos metros suyo.”Verlo y contar todo adelante de él fue como vivir por segunda vez lo quedeseo olvidar para siempre. Pero sabía que tenía que hacerlo así y que era laúnica oportunidad para vomitarlo todo. Fui a buscar Justicia porque necesitoquedarme en paz y porque no quiero que nadie más sufra lo que sufrí yo”.

Fueron seis eternas horas de testimonio para esta mujer quesentía que se deshacía por dentro. “En un momento quería salir de ahícorriendo, cuanto antes, las preguntas nunca terminaban. Y de reojo lo veía aél, sentado, escuchando todo como un gran señor. Me había concientizado quetenía que enfrentar a ese monstruo que había arruinado mi vida y a quien volvíaa tener enfrente”.

Luján dice que es un cúmulo de nervios y ansiedad. No ve lahora de cerrar esta etapa. “Solo la condena a ese hijo de p… medevolverá algo de la vida perdida. Tengo mucha fe en que todo el proceso vayapor el camino de la ley”.

Está nerviosa Verónica P. (28), “ansiosa, ya no quierohablar más, sólo espero que la Justicia lo condene como se merece”.Remarcar que no fue sencillo atravesar el juicio, “volver a revivir todoel infierno, nunca había pasado por algo así”, le comenta a Clarín.

Sin embargo, se arma de coraje. “Si bien cada una tienesi vida no somos amigas, las tres nos entendemos… Basta una mirada, unalágrima, sólo el el silencio, o un abrazo”.

Son días de mucho estrés, “pero sabía que iba a serasí, hay que pasarla, ya falta mucho menos, pasó el juicio, sólo restarimplorar que la Justicia esté a la altura. ¿Cómo fue el interrogatorio? Losabogados de Constantino me hacían preguntas fuera de lugar, muy difíciles decontestar, por suerte el juez me protegió”, comparte Verónica.

“Me mataron en 2019”

“A la Norma polentosa, enérgica, alegre y disfrutadorade la vida la mataron en 2019”, luego del abuso sexual por el que denuncióal intendente Constantino.

Dice que nada tiene que ver con su rostro actual, entumecidopor una profunda tristeza. “No reconozco a esta mujer -señala-, hoy soyotra persona, que necesita medicación para no pensar en cosas horribles, tengoveinte kilos y nada me satisface. Estuve mucho tiempo encerrada, con miedo,bronca e impotencia”.

Pide disculpas, llora con necesidad después de habersecontenido durante mucho tiempo. “Ese degenerado me arruinó la vida, mehundió, yo soy una zombie que para mantenerse en pie tiene que tomarantidepresivos y tranquilizantes, y ver constantemente a médicos. ¿Qué vida esésta?”, dice la mujer que se gana la vida como costurera.

En octubre de 2019, Norma fue a una pollería del centro deGilbert, que entonces atendía Ángel Fabián Constantino (57). Meses antes, enjunio este hombre, había sido electo intendente y asumiría en diciembre.

“En ese entonces, además del local que atendía, él eradirector de Cultura y nos proveería de los vestidos y trajes para el ballet delacto para el día de la Tradición, previsto para noviembre. Yo tenía que buscarmi vestido para empezar los ensayos y me dijo que pasara por allí, que lostenía en un vestuario”, cuenta la mujer.

Poco y nada se conocían Santos y Constantino, apenas sehabían visto un puñado de veces. “Él había venido a mi casa a fines demayo, comienzos de junio, cuando estaba haciendo la campaña preelectoral. Entróa mi casa, parecía un señor, sensible y humilde. Su forma algo exagerada meconvenció y lo terminé votando. ¿Tan ciega pude haber estado?”.

Norma fue citada en la pollería por Constantino, “algoque me parecía raro -dice-, porque Cultura funcionaba en el edificio de laMunicipalidad”, y se dirigieron “hacia una piecita al fondo, detrásdel local. ‘Entrá Normita, ahí tenés la ropa, fijate y elegí lo que te quedemejor’, me dijo y se fue”.

“Mientras yo veía qué prendas había, pasaron unos cincominutos y se me apareció por atrás, me agarró del cuello y de las manos yempezamos a forcejear. Grité con alma y vida pero él no me soltaba. Me tiró alpiso, me largó un rosario de barbaridades irreproducibles”, contó lamujer. Luego empezó un forcejeo pero Constantino igual logró abusarla.

“Fueron unos segundos eternos, horrorosos, hasta quepude salir despavorida, llorando, pero en la calle me sentía extraviada, noentendía cómo me había podido suceder semejante espanto”, contó la mujer.

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