
En el auditorio de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Fundación Mediterránea presentó hoy a Julio Velarde Flores, presidente del Banco Central de Reserva del Perú, para brindar la conferencia titulada “Regímenes Monetarios en Países Emergentes”. El acto reunió a economistas, empresarios y periodistas de todo el país, interesados en la mirada de quien conduce la política monetaria de un país que logró llevar la inflación a niveles entre los más bajos de la región.
“Argentina está encaminada a bajar la inflación, aspectos técnicos podrán discutirse pero el camino es claro”, aseguró Velarde ante el auditorio, marcando su postura sobre el proceso argentino. El funcionario —con casi dos décadas al frente del BCRP y formación en la Universidad del Pacífico y la Universidad de Brown— compartió los elementos que, según su juicio, sostienen las posibilidades de éxito en la lucha contra la inflación.
El camino argentino
El presidente del Banco Central de Perú dedicó sus primeras palabras a la situación del país anfitrión. “Creo que ustedes saben lo que tiene que hacerse y el camino está claro, creo que van a bajar la inflación”, dijo al iniciar la exposición, ante una audiencia que siguió con atención su diagnóstico.
Para Velarde, la orientación es contundente: “Están encaminados a bajar la inflación, de eso no tenga dudas”. Planteó que el futuro argentino no depende tanto de discutir herramientas o calendarios exactos como de mantener la dirección: “Que puedan demorar más de siete años, menos de siete años, eso es otra discusión, pero creo que van en el camino correcto”, señaló.
En su análisis relativizó la pretensión de ofrecer una única receta para casos como el argentino. “No creo que haya una lección que ofrecer. En todo caso, la única lección, creo que sería que hay que ser bastante flexibles, que los equipos estén preparados para las crisis que se van a venir”, señaló quien dirige la política monetaria peruana desde 2006.
Para ilustrar la necesidad de adaptarse frente a las crisis, recurrió a una metáfora citada a un académico alemán: “Más que ser un roble, es ser como una caña. O sea, un roble puede soportar viento hasta que hay un huracán y queda arraigado. Una caña se dobla, hay que adaptarse para poder resistir muchos de los vientos y tener los instrumentos para poder actuar oportunamente. Y eso sería importante, y con equipos para hacerlo”.
Frente al público, también minimizó las discusiones metodológicas cuando la orientación es clara: “Aspectos técnicos podrán discutirse una cosa u otra, pero lo importante es el camino, y el camino creo que es claro”, ratificó.
Así, evitó trazar un recetario para supuestos específicos, pero mantuvo un tono optimista sobre la posibilidad de éxito argentino: “Está con inflación baja, no hay ninguna razón para que ustedes no la tengan”.
En la ronda de preguntas con la prensa, Velarde declinó entrar en detalles sobre esquemas concretos para Argentina, aunque mantuvo una postura constructiva: “No me atrevo– No, no porque no quiera comentar, creo que no debo comentar cuando no es pertinente, pero además por quien sabe mejor son los que están emitidos. Entonces, mucho tiene que ver con detalles, y los detalles los conocen yo, digo, no, no lo sé”.
El rol de las reservas y la apreciación del sol peruano
Otro eje central de la charla y la conferencia de prensa fue la experiencia peruana en la acumulación de reservas internacionales. “Es indispensable, eh. Obviamente vamos a tener eventos internacionales que van a afectar a cualquier país. Las reservas son una suerte de protección frente a eso”, respondió Velarde.
Con datos concretos, explicó la estrategia aplicada en Perú: “Nosotros hemos tenido un programa de cambio flotante desde el 90, pero intervenimos. Y las intervenciones son confiables, engreídas por las reservas”. A ello añadió: “el primer año de esta visión, noventa, compramos cinco por ciento del producto de reservas. Actualmente, tenemos más de noventa mil”.
Según Velarde, la acumulación de reservas no solo funcionó como seguro frente a la volatilidad, sino también como respaldo para las intervenciones cambiarias: “Hemos tenido algunos años comprando cien mil, quince mil millones de dólares sin problema, ¿no? Noventa mil quinientos, veintisiete ciento, exactamente”.
Ante empresarios, describió la dinámica que acompañó la estabilización: “Después hemos comprado… Es parte que tenemos más reservas, pero mucho ha sido que el flujo de cantidad es tan grande que para que no se apreciara tan fuertemente, qué compramos”. Explicó que el BCRP intentó mitigar presiones apreciatorias sobre el sol: “Muchos han subido las reservas, no con una política intencional de tener más reservas, sino para evitar una presión excesiva”. Y remarcó el efecto: “Cuando estamos comprando fuertemente la moneda desaparecía”.
Velarde distinguió el enfoque peruano del de los países que fijan metas rígidas para el tipo de cambio: “No tenemos ningún compromiso con ningún nivel, ninguna trayectoria. El tipo de cambio es flotante y lo que busco es evitar la volatilidad”.
En la conferencia de prensa detalló las ventajas de contar con reservas holgadas: “Si tiene reservas, la gente está esperando primero que si hay una corrección brusca, la corrección cambiada no sea tan brusca porque puede intervenir. Segundo, asegura mejor acceso al mercado de capitales. Si usted tiene reservas, están más dispuestos a prestar a comprar sus bonos. O sea, sí influye ciertamente”.
Al ser consultado sobre cómo robustecer el esquema monetario y avanzar hacia mayor transparencia, explicó algunas herramientas practicas: “Emitiamos contracompra de dólares… para evitar una apreciación excesiva, creo que era importante. Nadie sabe dónde está el tipo de cambio, pues no lo sabemos nosotros y tampoco es marcado, la verdad, ¿no? Entonces, hoy te reviene tratar de modular un poco esta volatilidad”.
El economista subrayó que las reservas permiten afrontar eventos internacionales adversos y mitigar el impacto de choques externos sobre el tipo de cambio y el acceso al financiamiento global.
Consultado sobre otros riesgos, volvió a enfatizar el efecto sobre la confianza de los acreedores: “Si usted tiene reservas, están más dispuestos a prestar a comprar sus bonos”. Señaló además la capacidad de intervenir ante movimientos abruptos y la importancia de sostener la credibilidad frente a los inversores.
En el cierre de su exposición, sin ofrecer recetas lineales, Velarde defendió la necesidad de adaptabilidad: “Yo creo bastante flexible, porque realmente lo que termina ocurriendo no es exactamente lo que uno pensaba. Surgen los inconvenientes. No, yo creo que cualquier banco central necesita la flexibilidad, siempre. Eh, entonces, son impredecibles”.
El relato sobre el tránsito de la hiperinflación a la estabilización en Perú incluyó la construcción de credibilidad en la autoridad monetaria, un régimen de tipo de cambio flotante sin controles excesivos y la consolidación de reservas como ancla para limitar efectos desestabilizadores.
A lo largo de la presentación y ante la prensa, el presidente del Banco Central peruano evitó diagnósticos concluyentes sobre la coyuntura argentina, aunque dejó claro su convencimiento respecto de la dirección tomada y la relevancia de la flexibilidad y las reservas en la gestión monetaria.
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