Uno de los puntos a favor que tienen los consumidores para hacer valer sus derechos es el libro de quejas que, en forma obligatoria, deben tener los negocios y las empresas que trabajan en contacto directo con el público.En la capital provincial son 4.860 los comerciantes que cuentan con el cuaderno en donde quedan asentadas las críticas de los compradores.Si bien no hay cifras oficiales, en Paraná existen unos 15.000 negocios habilitados. Es decir que sólo el 25% cumple con la ley nacional Nº 24.240 y con la Ordenanza municipal Nº 8.466.Más allá de que los clientes muchas veces no piden el libro de quejas, los propietarios de los comercios son los que tienen la responsabilidad de retirarlos de la oficina de Defensa al Consumidor. El trámite es muy sencillo y no tiene costo alguno. “Todos los negocios están obligados a tener el libro de quejas y el adhesivo en donde se exhiben los números de teléfonos de nuestra oficina -para realizar las denuncias- y la dirección (España 257)”, explicó a UNO Mario Veloz, el director de Defensa al Consumidor de la Municipalidad.El cuaderno, que está foliado y firmado por un funcionario del área, sirve como prueba a la hora de llegar a una audiencia de conciliación.“El damnificado tiene que asentar la denuncia en el libro de quejas y después venir a nuestra oficina. Acá documenta el reclamo y un inspector se dirige al comercio para buscar una copia del reclamo que luego servirá en la audiencia”, detalló Veloz antes de atender por enésima vez el teléfono de su oficina y escuchar los reclamos que llegan desde diferentes lugares de la provincia.Es que su línea no tiene filtro y si cualquier vecino llama para hacer una denuncia o una consulta puede ser atendido por Veloz.El funcionario reconoce que en la oficina están sobrepasados de trabajo y resalta la calidad del equipo de gente que lo acompaña.Por eso tal vez lo sorprendió que la concejala Marcela Ábalos (PJ) solicite que el organismo que él lidera se acerque más a los barrios (Ver información aparte).Los casos más comunesTodo lo que tienen que ver con teléfonos celulares siempre trae algún problema aparejado.Por ejemplo si el comerciante no realizó la carga de crédito que prometió, el consumidor debe solicitar el libro de quejas.Si el propietario no lo tiene, es hora de ir a la oficina de Defensa del Consumidor para realizar una doble denuncia.En la declaración los denunciantes deben dejar asentado lo que les ocurrió y lo que pretenden que se les cumpla.En la Mesa de Entrada le piden una nota por cuatriplicado, la fotocopia del documento nacional de identidad y la relación de consumo (el ticket).En el momento se efectúa la fecha de audiencia, que habitualmente llega a ser de 30 días.En el 75% de los casos se resuelve en la sala de audiencias con los profesionales de la oficina y los representantes de los comercios o empresas.CostumbreUn gran número de llamados entran a la oficina de España 257 denunciando la falta del libro de quejas. En ese momento, Defensa del Consumidor envía el reclamo a Inspecciones Comerciales, que evacúa los reclamos. Si no tienen el libro los inspectores le dan una semana y luego los sancionan.Para solicitar el libro el comerciante tiene que dirigirse a Defensa del Consumidor municipal con un cuaderno tapa dura de 38 hojas, la fotocopia del número de CUIL y la habilitación municipal. Además se les entregan los adhesivos que deben pegar en los locales.Quieren que la defensa llegue a los barriosEl Concejo Deliberante tiene en estudio entre los diversos proyectos presentados, uno de autoría de la concejala Marcela Abalos (PJ), propiciando que el Organismo de Defensa del Consumidor municipal tenga una mayor vinculación con los vecinos poniendo dicha institución al alcance de todos los paranaenses mediante el traslado periódico de la oficina a los distintos barrios. “ Principalmente en las zonas más carenciadas”, detalló Ábalos en la presentación.En los fundamentos señala que es necesario hacer conocer y difundir a la ciudadanía las tareas y funciones que cumple el Organismo Defensa del Consumidor, y el medio para lograrlo consiste en “ponerlo al alcance de aquellos sectores de la población que carecen de la posibilidad fáctica, por problemas económicos y/o culturales, de concurrir personalmente a la sede del mismo”.Subraya además que existe una falta de información por parte de un sector considerado de la población, tanto a cerca de sus derechos como consumidores y usuarios de bienes y servicios, como en cuanto a los medios de que disponen para su defensa.Mario Veloz, el encargado del área, no quiso confrontar con la concejala a quien denominó como una “compañera”.El funcionario explicó que están trabajando en las escuelas primarias y secundarias. También llegaron hasta las comisiones vecinales. La realidad marca que el presupuesto falta y quizás el Concejo Deliberante pueda traer soluciones al respecto. (Fuente: Diario Uno)
