Ninguno de los dos espacios que se polarizarán en la elección de este domingo podría haber anticipado el contexto de la contienda, que definirá mucho más que la composición de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires y de los 135 Concejos Deliberantes. La Libertad Avanza tuvo que desechar su estrategia inicial y adoptar una postura defensiva en un territorio donde solo pensaban atacar, mientras que Fuerza Patria logró disimular el caótico cierre de listas y las campañas fragmentadas, cuyos efectos se harán sentir esta noche con el resultado final.
No hay dudas, quien ha tomado impulso es Fuerza Patria. En abril, cuando los distintos sectores internos debatían sobre la posibilidad de desdoblar las elecciones, Cristina Kirchner se oponía, argumentando que la gestión bonaerense estaría bajo la mirada de los libertarios, y que la campaña contra la inseguridad sería su eje principal. Ya se habían visto los primeros indicios de una campaña sucia con imágenes que respaldaban esta teoría, como la de Axel Kicillof con las manos ensangrentadas. En julio, la aparición del excomisario Maximiliano Bondarenko como candidato libertario en la Tercera Sección Electoral confirmaba el objetivo de criticar a un gobernador incapaz de resolver uno de los problemas más acuciantes para los votantes.
Sin embargo, la voz de Bondarenko prácticamente quedó silenciada y, tras un mes de campaña, La Libertad Avanza concluyó su presentación sin poder imponer una agenda de mano dura, con un Javier Milei con intervenciones limitadas en el Conurbano, mientras se evidenciaba la capacidad de las fuerzas de seguridad que custodian al Presidente. El escenario distó mucho de lo que habían planeado para esta fase.
Una alianza demasiado frágil y el audiogate
El primer tropiezo para el espacio libertario se produjo con el cierre de listas. La alianza con el PRO no resultó como esperaban y dejó a varios dirigentes fuera de la lista. No solo eso, sino que estos heridos decidieron competir por su cuenta, y este domingo podrían convertirse en los responsables de que el mapa bonaerense no se pinte en su totalidad de violeta. El crecimiento de estos espacios, que en la Segunda Sección Electoral es liderado por Manuel Passaglia (Hechos) y en la Cuarta por Pablo Petrecca (Somos), constituyen un verdadero desafío para el gobierno nacional en localidades donde deben garantizar un triunfo para compensar posibles pérdidas en otras secciones, como la tercera.
Desde entonces, surgieron dos factores decisivos que llevaron a la Casa Rosada a aceptar la posibilidad de una derrota: el escándalo de las coimas involucrando a un exfuncionario y a Karina Milei; y una economía que prometía resistir hasta octubre, pero que mostró anticipadamente signos de inestabilidad, algo que el Gobierno buscaba evitar.
Los audios del extitular de Andis, Diego Spagnuolo, desestabilizaron a los principales dirigentes de La Libertad Avanza justo cuando debían encarar el tramo final de la campaña pidiendo el voto bajo el lema “Kirchnerismo Nunca Más”. La casta, al igual que en la campaña anterior, era el enemigo a derrotar. Sin embargo, el escándalo hizo que estos se asemejaran a aquellos a quienes pretendían combatir.
Pero eso no es todo; el impacto de la economía también obligó al Gobierno a abandonar su libreto, que solo podía exhibir las cifras de la inflación. La intervención sobre el dólar comenzó a mostrar signos de inestabilidad, contrariamente a lo que se buscaba evitar en la primera fase, y el aumento del riesgo país puso en evidencia un plan económico que reveló que ya no bastaba con culpar a los K por estos movimientos. En este contexto, en la Casa Rosada empezaron a hablar en los últimos días de “empate técnico”, “derrota digna”, y hasta “resultado neutro” si la pérdida es por menos de cinco puntos.
Por otro lado, Fuerza Patria se ve obligada a ganar, algo que hace meses habría parecido impensable. Se le ha abierto al peronismo una oportunidad que deberá concretar en las urnas. Sus dirigentes han pasado de justificar derrotas y señalar cada traspié en las últimas elecciones legislativas, a mostrar un prudente silencio optimista. Al final, los votos se cuentan el día de la elección.
Sin embargo, lo que viene no será fácil. El resultado de esta elección reabrirá la disputa por el liderazgo entre Axel Kicillof y el kirchnerismo.
A esto se suma un desafío adicional: hay otra campaña por delante. ¿Se militará por parte de todos los dirigentes o consideran que con asegurar esta elección es suficiente? Los problemas en La Libertad Avanza han disimulado los de Fuerza Patria. En esta campaña no ha existido una sola foto entre el gobernador bonaerense y Máximo Kirchner, aunque sus candidatos y el jefe provincial han hecho grandes esfuerzos por aparecer juntos en algunos actos. Sergio Massa logró que el espacio se mantenga unido y se unió a la pelea en el tramo final. No obstante, la verdadera discusión sobre el futuro del peronismo comienza esta noche.
RP
