
CÓRDOBA.- Los productores de bioetanol, concentrados en el “triángulo del azúcar” -Jujuy, Salta y Tucumán-, coincidieron en reclamar al Congreso la implementación de leyes que favorezcan el crecimiento del sector, más allá de su consolidación. Este reclamo se dio en el marco de la jornada “Energía cultivada”, organizada por el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (IPAAT) y el Centro Azucarero Argentino (CAA), a la que se sumaron representantes de Brasil, Costa Rica y Estados Unidos.
El subsecretario de Combustibles Líquidos y Gaseosos de la Nación, Federico Veller, expresó que el bioetanol representa “una oportunidad concreta para avanzar hacia una matriz energética más eficiente, diversificada y federal, al tiempo que refuerza nuestras economías regionales y el vínculo entre la Nación, las provincias y los productores”. En el encuentro estuvieron presentes los gobernadores de Tucumán, Osvaldo Jaldo; de Jujuy, Carlos Sadir, y de Salta, Gustavo Sáenz.
Actualmente, el 27% de la caña de azúcar se destina a la producción de bioetanol, cuya producción se ha triplicado en los últimos tres años. El corte es del 12% (6% caña de azúcar, 6% maíz) para los combustibles fósiles, y la región espera que este porcentaje aumente. Este encuentro se inscribe en la reactivación de la Liga Bioenergética, un espacio interprovincial que busca promover una nueva ley de biocombustibles, orientada a incrementar el corte en las naftas y avanzar hacia un marco más flexible y beneficioso para las provincias productoras.
Claudio Molina, analista de bioenergías y ferrocarriles, comentó que “hay conversaciones” entre la Nación y los miembros de la liga para reformar la ley. “La implementación de esos cambios podría generar un nuevo escenario —agregó—. Además de fomentar una mayor competencia entre los actores, permitiría romper con el status quo. Es probable que la mezcla aumente del 12% al 15%, pero el sector azucarero no está de acuerdo con una desregulación total, al igual que con la importación.”
El corte es del 12% (6% caña de azúcar, 6% maíz) para los combustibles fósiles, y la expectativa de la región es que aumente
Catalina Rocchia Ferro, representante de la Compañía Azucarera Los Balcanes, enfatizó la necesidad de “evitar” el libre mercado en el sector y defendió un corte obligatorio para asegurar la sostenibilidad de la industria: “No todos los negocios son viables en un libre mercado. Hay industrias que requieren interacción con el Estado para poder subsistir. El corte de bioetanol no puede basarse solo en el libre mercado; debe estar distribuido, y la caña de azúcar necesita tener un 6%”.
Jorge Feijóo, presidente del Centro Azucarero Argentino, destacó la capacidad del sector para “generar riqueza, empleo y valor agregado, a pesar de los retos que presenta un mercado interno en retroceso”, y se unió a los reclamos de un nuevo marco legal que “asegure cortes obligatorios de bioetanol, mercados libres para mezclas superiores y lealtad comercial sin subsidios externos”.
Reclaman que se aseguren cortes obligatorios de bioetanol
Sobre este último aspecto, señaló que la caña de azúcar requiere planificación a largo plazo —“es un cultivo plurianual de alto costo” —y que el sector no solicita subsidios, pero “sí igualdad de condiciones y que no exista competencia desleal con productos importados subsidiados”.
“El país no puede permitirse prescindir de ningún recurso. Bienvenida Vaca Muerta y todos los recursos disponibles; bienvenidas las bioenergías y todo su potencial. Todo lo que podamos aportar al crecimiento y desarrollo de la economía de nuestro país a partir de los recursos disponibles debe ser potenciado. No son opciones excluyentes; todo debe estar a favor del desarrollo nacional”, añadió.
Para reforzar esta postura, el gerente del IPAAT, Jorge Etchandy, afirmó que existe “capacidad instalada, experiencia y tecnología. Necesitamos decisiones que respalden este camino y reconozcan la contribución real de esta industria al país”.
Agustín Torroba, especialista en biocombustibles y energías renovables en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, abordó la transición energética, así como los desafíos y oportunidades que esta conlleva. Valoró la ventaja argentina para la producción y, en esta línea, destacó el surgimiento de los combustibles SAF (Sustainable Aviation Fuels), que representan una gran oportunidad para acceder al mercado internacional con productos de alto valor agregado.