Por su parte, el defensor del imputado, doctor Juan Carlos Rubio Pérez, pidió la absolución, por el beneficio de la duda, ya que adujo que su cliente no tuvo que ver con el atraco y que tampoco participó en el posterior enfrentamiento armado con una patrulla de esa ciudad.
EL HECHO. Jacinto Ireneo Albornoz, de 48 años, fu detenido el 29 de abril de 2004, un día después de que fuera asaltada la finca de la familia de Cervando Sprest, en Diamante.
El dueño de casa se hallaba esperando a una mujer que debía hacerle una entrega de dinero, fue a abrirle la puerta cuando escuchó que llegaba aquella noche del día 28, y en ese momento, sorpresivamente, ingresaron dos maleantes; se supone que el tercero se quedó en el automóvil en el que luego escaparon.
Tras maniatar a las víctimas, los delincuentes se apoderaron de dinero en efectivo y joyas, tras lo cual huyeron, pero fueron perseguidos por la policía, con la cual se tirotearon en la ruta de escape.
Los cacos abandonaron el coche, pero no el botín y se estableció luego que dos de los delincuentes lograron volver en un remise a Santa Fe, pero un tercero que huyó a campo traviesa fue detenido al otro día, con las ropas mojadas y rotas. Sus características coincidieron con las descritas por las víctimas y por la Policía que recibió impactos en el móvil patrullero.Incluso, el mismo Sprest confesó que vio cuando Albornoz fue detenido y no tiene ninguna duda de que fue uno de los que le apuntaba mientras le robaban.
En su defensa, Albornoz dijo que no conocía de armas, pero la gran sorpresa se produjo cuando sus antecedentes dieron a conocer que tiene dos condenas anteriores por asaltos a mano armada.Por este motivo el fiscal Chemez, valiéndose de las modificaciones legales instauradas en el Código Penal a partir del 24 de abril de 2004 –que agrava las penas a reincidentes en atracos armados, artículo 166, inciso 2– pidió 10 años de cárcel para el imputado, petición que deberá analizar el tribunal integrado por los vocales Silvia Nazar, Raúl Herzovich y Jorge García.




