
Cae el sol en el sur de la ciudad y el ulular de ambulancias y autobombas, junto a una pequeña congestión de tráfico, anuncian la llegada de la Peregrinación de los Pueblos. Desde la calle Miguel David, miles y miles caminan fatigados pero con determinación, entonando cánticos y respondiendo con sonrisas a los aplausos de los espectadores en las esquinas de Paraná.
Tras más de 26 horas de marcha desde Hasenkamp, los peregrinos finalmente llegan al Santuario de La Loma en barrio Paracao. Portan consigo símbolos religiosos, nombres de quienes los acompañan en espíritu y una fe inquebrantable. Las cifras oficiales hablan de 22 mil personas en La Picada y 35 mil en Paraná.
La historia de la Peregrinación de los Pueblos, que se inició en 1983, evoca momentos de fe y superación. Dos jóvenes, luego de un fracaso inicial a causa de una tormenta, lograron su cometido en la segunda ocasión, alcanzando el Santuario de La Loma como lo hacen cada octubre en la actualidad, en la 43ª edición y en las futuras por venir.