El ex subdirector de la Carpintería municipal, Domingo Recalde dijo que la Comuna de Paraná cerró el taller que él dirigía en su domicilio particular, sin considerarle “el desgaste de las herramientas” ni el gasto en luz y teléfono, que -según dijo- debió costear durante los meses que funcionó la carpintería en su casa. El área, fundada como una medida de ahorro en esta gestión comunal, con intervención del Sindicato Unión Obreros y Empleados municipales, se ocupaba de fabricar los ataúdes para personas indigentes con destino al servicio que ofrece el municipio y asimismo hacía muebles para reparticiones municipales. Recalde agregó a su denuncia que “faltaron 72 ataúdes”, que se remitieron desde el taller a Acción Social municipal en calle Colón pero no habrían llegado a integrar el stock de la repartición. Informó también que luego de cerrar la carpintería, “se llamó a licitación para comprar 25 ataúdes con un presupuesto de 18 mil pesos, cuando nosotros hacíamos 100 por 30 mil pesos”. Asimismo, aseveró que “dos de los tres agentes” que asignó la Comuna al taller “no concurrían a trabajar con regularidad”.Pero la Comuna respondió que el taller “no fue desmantelado”, sino trasladado a la Escuela Granja municipal “por incumplimiento del prestatario con los objetivos encomendados”. No obstante “no funciona” porque Recalde no devolvió maquinaria que entregó la Comuna al taller particular del agente, se informó oficialmente. Acerca del faltante de ataúdes, el gobierno municipal afirma que Recalde “falsea datos para justificar su incumplimiento” pero nada se informa del llamado a licitación para la compra de féretros a un tercero ni del supuesto incumplimiento de los empleados que debían trabajar en el taller.Sumario“El stock de cajones que la Municipalidad pretendía no fue entregado por el agente a la Secretaría de Desarrollo Social”, se lee en una gacetilla emitida por el área de Prensa comunal. Por este motivo, “el Municipio revió la instalación del taller de carpintería variando su modalidad, dejando sin efecto la designación de Recalde como director y trasladando el taller a la Escuela Granja”, se lee en el texto oficial.También, se informa que el carpintero fue intimado dos veces “a devolver tres máquinas de propiedad de la Municipalidad” que quedaron en su taller particular, donde la Comuna había dispuesto funcionara la carpintería municipal, a través de un comodato. Como Recalde no devolvió las máquinas, “se procedió a sustanciarle sumario administrativo por su severa falta disciplinaria”, se comunica y se adelanta que por “apropiarse de bienes municipales”, la Comuna “procederá a realizarle la denuncia penal correspondiente, para lo cual se han remitido las actuaciones a la Secretaría Legal y Administrativa”.En relación con esto, se señala que el taller en la Escuela Granja no puede fabricar cajones porque faltan estas máquinas.“Denuncias infundadas” El texto remitido por el área de Prensa comunal asevera que las denuncias son “infundadas, haciendo (Recalde) gala de una temeraria actitud no compatible con la de un agente público, que se debe a su tarea y que no debe, en ninguna circunstancia, apropiarse de bienes que son municipales”, dice y reflexiona: “Puede o no gustarle el traslado del taller, puede o no gustarle que sea otra persona la encargada de llevarlo adelante, pero no tiene derecho a hacer lo que hace, que es mentir y retener bienes del Estado municipal”, señala. Por último, se afirma que “todos los ataúdes efectivamente entregados por Recalde han sido registrados, y que el mismo falsea los datos para justificar su incumplimiento”.




