Las sirenas y las sonoras frenadas de los patrulleros policiales, en el umbral de la plaza principal de la capital entrerriana, sumado a órdenes que impartían los oficiales a través de los altavoces para que los automovilistas desviaran el tránsito por otro lado y que los curiosos despejaran el lugar, causó la lógica ansiedad y curiosidad entre los comerciantes y concurrentes al centro comercial de Paraná.Mientras todos trataban de llegar a la esquina de Peatonal y Urquiza, viendo a la distancia un gran tumulto de gente, seguían llegando patrulleros y a esa altura ya se había decidido interrumpir el tránsito vehicular.«Pero si son sólo gurises revoltosos, los que se agrupan todas las tardes en esa esquina. Seguro que se deben haber peleado o que se mandaron alguna macana», opinaba una mujer mientras trataba de agudizar la vista para curiosear desde lejos, y sin tener certeza de lo que allí ocurría.Ya en el lugar, una de las adolescentes que identificó al cronista de esta Hoja al llegar junto al fotógrafo, se apresuró en dar la versión de lo que estaba pasando. «Esto pasa porque a los chicos no nos dejan tener un lugar para reunirnos, no estamos haciendo nada malo, venimos aquí a la tarde y lo único que queremos es encontrarnos con otros pibes, tomar una coca y charlar. Los viernes nos venimos a poner de acuerdo para ir al boliche y no somos integrantes de ningún grupo, ni tampoco los hay ni banda o lo que quieran llamarle. Lo que pasa es que somos un montón y se generó una buena onda el venir aquí y está re-bueno, porque te conoces con otros pibes y charlamos y escuchamos música y nada más», describió la adolescente.Respecto a lo que causó el llamativo movimiento policial, otro de los adolescentes -casi todos están ubicados en un promedio de edades que van desde los 14 a los 18 años- comentó que «la Policía pensó que éramos dos grupos que nos habíamos enfrentado, pero lo que pasó fue que cruzó una camioneta por calle Urquiza y empezaron a tirarnos bombuchas con agua. Como mojaron a algunos pibes, le tiraron de todo a los de la camioneta y volaron algunas botellas de gaseosa y algunas otras cosas que pasaron para el otro lado de la calle y creo que los del otro lado, -que son también parte de la misma masa juvenil- deben haber pensado que le tiraban cosas a ellos y empezó un revuelo que terminó enseguida, pero cuando vino la Policía nos quiso sacar de la Peatonal y no le dio bola nadie», contó, orgulloso, tal como si entre todos hubieran logrado defender un bastión del cual se consideran ya dueños.La presencia policial y de los medios de comunicación exacerbó los ánimos de los jóvenes, que estaban ansiosos en rebelarse contra cualquier orden que se impartiera, mientras varios uniformados armados con escopetas antimotines se ponían en apresto, aunque, finalmente, al advertir los funcionarios a cargo del operativo que no era necesario el uso de la fuerza, primó la cordura y se ordenó replegar a todos los móviles.«Lo que pasa es que son tantos pibes que dificultan hasta el tránsito peatonal de la gente que anda en esta zona, les tratamos de explicar que colaboraran con esto y creo que lo entendieron. Solamente se llevó a una persona detenida, que al ver dificultado su paso empezó a mojar a los chicos arrojándole con una gaseosa para abrirse paso», comentó uno de los oficiales de la comisaría jurisdiccional.Por su parte, uno de comerciantes de la cuadra, que se encuentra a metros de esa exclusiva esquina se quejó diciendo «suerte que no hubo corridas y que la policía actuó bien, porque son tantos pibes que de haber existido una represión iban a salir como una estampida enardecida y arrasaban con todo”.Por su parte, uno de los mozos del conocido bar ubicado allí mencionó: «Vienen todos los días, pero los viernes son una multitud. Nosotros perdemos plata, porque trabajamos a comisión y esto nos impide sacar las mesas para atender a clientes afuera y hemos intentado hablar con ellos para convencerlos pero no se mueven de allí y no queremos tener problemas, pienso que van a tener que buscarle una solución si las cosas siguen así». (Fuente: El Diario)