Un gran brazo mecánico da mordiscos sobre la esquina de la Plaza Alvear que da a Gardel y San Martín, y en un santiamén, dos días, logra una cavidad profunda, en medio de los árboles, cerca del mástil, con un fin: allí, en un plazo de no más de 30 días, está previsto instalar una gran cisterna, con capacidad para 35 mil litros.La gran cisterna, con sus 35 mil litros, dicen, dará solución a los problemas de abastecimiento y falta de presión que desde hace años soportan unas 300 familias que habitan calle Buenos Aires, en el tramo que va de Malvinas a Rivadavia, y sectores aledaños. El reclamo por la falta de presión no es nuevo: revolviendo expedientes, sacando polvillo a las carpetas, en la Dirección de Obras Sanitarias de la Municipalidad de Paraná descubrieron que el reclamo viene de lejos, desde 1976. POCO USO La obra, adjudicada a la empresa Cemyc, tendrá un costo de 150 mil pesos, y utilidad breve: se estima que un año, plazo en el que se espera que esté lista la nueva planta potabilizadora, emprendimiento que, se aguarda, dé solución a tropiezos de esa envergadura. O sea, que se abra una canilla y que no salga nada, ni una gota. El líquido que se logre concentrar en la cisterna será luego volcado a la red troncal, que de esa forma tendrá el nivel de presión del que hoy carece y que deriva en el hecho de que durante buena parte del día los vecinos de esa zona carezcan del servicio, explicó el titular de Obras Sanitarias, Raúl Guzmán. La cisterna, puesta bajo tierra, cubierta luego por el verde de la Plaza, estará, enterrada, oculta de los ojos de los transeúntes, sólo durante un año. “Va a ser algo transitorio –dice Guzmán–. Estos problemas se van a solucionar cuando la nueva planta empiece a trabajar, y estén en servicio los cuatro centros de distribución, y la planta de avenida Ramírez se use sólo para atender la zona del centro. Ahora, no tenemos cómo dar más caudal que no sea por medio de esta cisterna, que es algo que se me ocurrió un día que descubrí que el barrio Aatra se abastecía de la misma forma”. Pero cuando los días se recalienten, y el sol se empeñe en endurecer las tardes cayendo en picada desde arriba, y no haya agua tónica que refresque, el líquido saldrá con cuenta gotas de la canilla. Habrá escasez.“Por más que hayamos encarado muchas obras, en el verano vamos a tener algunos problemas, y esto es así porque hay un mal uso, un uso excesivo y hasta un derroche. La planta potabiliza 4.700 metros cúbicos por hora, y el consumo en verano llega a los 6.000 metros cúbicos, es decir que tenemos un déficit de 1.300.000 litros por hora. Ese déficit sólo se puede recuperar en las horas en que no hay consumo, durante la noche, entre las 12 y las 3 de la mañana. Pero cuando hay muchos días de intenso calor, y mucho consumo, ese recupero se vuelve difícil”, detalla el funcionario. (El Diario)




