“Hay que dar el primer paso”, asegura Sergio Granetto, el prolijo y riguroso secretario de Hacienda que Blanca Osuna eligió para encontrarle la vuelta a un esquema que pide a gritos mayor flujo pero que no puede generar movimientos bruscos que ericen la epidermis social. “Tenemos un problema de concepción porque hoy el núcleo de servicios no se corresponde con la estructura de financiamiento que tiene el Municipio”, dice Granetto, quien no teme en presumir que muchas de las medidas que tiene la nueva Tributaria -que discuten por estos días los ediles- tienen mucho de simbología para que la comunidad advierta que se avanza hacia un criterio de “equidad y progresividad”. Como en un cualquier contabilidad, los ingresos por un servicio debería estar en equilibrio con los costos de brindarlo; pero hoy se está lejos de esto y las distorsiones hacen que, por ejemplo, lograr que el agua salga potable cada vez que el vecino abra su canilla tiene un costo de 55 millones pesos -sin contar el costo de cloacas- y la Comuna apenas logra recaudar 25 millones, con un desfinanciamiento que siempre cae sobre las espaldas de otro contribuyente. De este modo, del total del gasto, el producir, distribuir y cobrar agua implica 50 % del gasto, pero apenas el 10 % de los recursos. Lo mismo sucede con la prestación de la Tasa General Inmobiliaria donde por asfalto, limpieza, barrido y otros se recauda 25 millones al año, pero el gasto es de 10 millones más. Todo esto hace que brindar sólo el 25 % de los servicios de la ciudad se lleva el 90 % de los ingresos con un desfase notorio. Esto se desprende en forma preliminar de un estudio que se ha encarado en conjunto con la Facultad de Ciencias Económicas de la UNER. Esto explica porqué hoy la Tasa de Higiene, Seguridad y Profilaxis termina sumando el 60 % de los ingresos. “El hecho es que están atrasadas la TGI y la Tasa de Servicio, que han quedado sujetadas a los vaivenes políticos”. La Tasa Comercial ha ido ganando participación en la estructura de ingresos de Paraná: 60 % Tasa de Seguridad, Higiene y Profilaxis; 10 % Tasa de Servicios Generales; 15 % Tasa General Inmobiliaria y 5 % de otras tasas. Sergio Granetto y Carlos Duhalde, director ejecutivo de la AFIM, conforman el tándem con que Blanca Osuna busca una “tributaria basada en la progresividad como un sello distintivo”, y que en forma general, según los funcionarios, podría mejorar en 8 millones de pesos la recaudación para 2012, teniendo en cuenta que comenzaría a aplicarse en el segundo semestre del año, en una Comuna que posee un 50 % de sus ingresos en concepto de coparticipación (nacional y provincial) y la otra mitad de aportes genuinos. En Paraná, desde el año 2006 no se ajusta ni la TGI y la Tasa de Servicios, con los costos que se incrementaron y que impacta sobre la calidad del servicio, especialmente en el 60 % de la población. Llegó la hora, aseguran. “Tomamos toda la base de contribuyentes y la dividimos en tres segmentos iguales y eso hace que de 0 a 27 mil pesos de avalúo fiscal, de 27 mil a 54 mil y de 54 mil en adelante te marquen los tres segmentos. A estos se los trata de distinta manera con incrementos en las alícuotas que van desde un 15 a un 35 %”, advierten los funcionarios, cuando se trata de TGI y TSG. En 2011, los recursos propios fueron de 248 millones de pesos, y no habrá que desconocer que la eficiencia de cobro de la Comuna ronda el 68 %, promedio, en tasas, derechos y contribuciones. La disyuntiva, como siempre y en todo lugar, sigue siendo cazar en el zoológico o sentenciar finalmente la equidad y apelar a un nuevo paradigma tributario. ¿Cuánto le permitirá disminuir el déficit en el agua el nuevo esquema de valores? -La corrección no es muy importante, y quizá mejoraríamos un 10 % del déficit en la relación gasto de agua y recaudación. Hay cosas que son con fines tributarios y otras, como ésta, tienen un fin simbólico que busca promover un uso más racional. Al que no tiene medidor el aumento va entre 15 y 35 % con aumentos de los mínimos. Esto hay que incorporarle la exención a jubilados y pensionados. El esquema prefiere subir un escalón al conjunto y se tratan situaciones puntuales. Llevamos al 100 % las exenciones para jubilados y pensionados en Tasa General Inmobiliaria que tengan hasta 1,5 el haber mínimo y una única propiedad, acreditando estas condiciones. Es un mensaje fuerte en términos políticos. Y la mitad de exención (50 y 25) cuando el avalúo de la propiedad supera los 40 mil pesos, que no es poca cosa, ya que se trata de la mitad de las partidas. Los avalúos están bajísimos, en eso debemos estar todos de acuerdo. -¿Quién cree que se quejará por este nuevo esquema? -No lo sé, pero hay que desmitificar una cosa: en esto el tema pasa cuando se plantea la actualización es lo absoluto versus el relativo. Te pueden decir que es 100 % el aumento y parece una barbaridad, pero cuando ves lo que se paga de agua en una propiedad de calle Pellegrini , que tiene un terreno valuado en 2000 pesos y que está pagando finamente por bimestre 51 pesos por el agua no tiene comparación con lo que paga, por ejemplo, de servicio de televisión por cable por mes. La otra batalla que tiene al Administración Tributaria es la fiscalización, la intimación, el perfil de riesgo. No es tarea menor de la AFIM, y estamos ajustando las cosas para tener una gestión importante en este sentido. <b>Cómo impacta en el vecino </b>Para analizar el impacto relativo del aumento en las alícuotas de las tasas se tomó durante la entrevista periodística una partida al azar para ponderar cuánto pagaba un vecino hoy y cuánto con los cambios. Se trata de un vecino de calle Pellegrini al 200 (zona 1) con un avalúo fiscal de 53.000 pesos. Aumento de un 26,5 %.