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Sábado, 16 de mayo de 2020

Para ver en 360. El valor olvidado del viejo molino Forclaz, en Entre Ríos

Para ver en 360. El valor olvidado del viejo molino Forclaz, en Entre Ríos

Hay lugares donde el peso de la historia se impone y habla através de sus paredes. Allí pasado y presente conviven y, por momentos, suelenconfundirse. Las ceremonias y los encuentros son las ocasiones ideales parareunir esos tiempos. Conscientes de este potencial y de que la historia soloexiste si alguien la cuenta, la Asociación Amigos del Molino Forclaz, integradapor vecinos de San José y Colón, en Entre Ríos , logró -con perseverancia yorganización- erigir un Museo Provincial en el predio donde funcionaba elantiguo molino.

Pero no se trata de cualquier museo. Aquellos que tuvieronla suerte de visitarlo lo saben y quienes todavía no, tienen una chance parahacerlo virtualmente a través de las herramientas tecnológicas disponibles, queson múltiples y variadas.

Monumento Histórico Nacional desde 1985 y PatrimonioArquitectónico e Histórico de la Provincia de Entre Ríos desde 2003, el MuseoMolino Forclaz cuenta con un predio de 5 hectáreas en las que está emplazado elmolino a viento y la casa de los Forclaz. Como en una alegoría, es un lugar querefleja el esfuerzo de una cultura que tenía al trabajo y la tracción humanacomo única manera de progreso.

La colonia San José fue la primera colonia agrícola de laprovincia de Entre Ríos. En 1857 llegó el primer grupo de inmigrantes, quienesprovenían en su mayoría de Suiza. Ellos comenzaron con las primeras cosechaspersiguiendo el objetivo de desarrollar la agricultura en un país que todavíaera casi virgen en ese sentido, y cuyo promoción era una política de estado.

Fue construido entre 1888 y 1890 por Juan Forclaz y se erigecomo símbolo del esfuerzo y tesón de los primeros colonos que habitaron SanJosé, en Entre Ríos. Destinado a moler granos de trigo y maíz, fue construidosegún el estilo holandés: para su funcionamiento necesitaba vientos potentes.Pero como en la zona no hay, nunca llegó a funcionar en plenitud lo que obligóa su dueño a volver a utilizar el antiguo sistema de molienda a malacate.

Este molino, junto a una antigua vivienda, los galpones paradepósito de herramientas de labranza, el molino de malacate y el aljibe,conforman un conjunto arquitectónico representativo de lo que eran las chacrasde inmigrantes de la Colonia San José. Lo interesante es que para recorrerloproponen visitas guiadas teatralizadas en las que raíces y la espontaneidadlogran una sinergia mágica.

La opción presencial incluye una versión teatralizada einteractiva con Sonia, una guía de voz dulce y trato amable que en el comienzopresenta a Tempo, quien de impecable negro, con bastón y sombrero gaucho, es elguardián del tiempo en este casa-molino-museo y oficia como juglar de lospresentes. Juntos dan a conocer la historia de la familia de origen suizo quellegó a las tierras entrerrianas apenas dos años después que los pioneros de1859 y construyó el gigante de ladrillos.

En tiempos de cuarentena la gran e inesperada noticia es queMolino Forclaz ofrece una web super completa, con recorrido en 360° por todassus instalaciones e incluso la opción de ponerse lentes estereoscópicos detrásdel monitor y verlo en 3D. Además, galería de fotos, videos institucionales yhasta audios para combinar en simultáneo con la visita 3D o entregarse a lamaravilla de lo simple: escuchar un cuento. A destacar: la galería de fotos,también súpernutrida, ofrece la chance de no tener que imaginarse la visitapresencial teatralizada y hasta conocer, pantalla mediante, a Tempo.

Del origen a la originalidad

El circuito presencial propone un viaje en el tiempo:deambular junto a los antiguos habitantes de la casa reunidos en la cocina,pasear por los jardines y la pérgola (con una vid que ostenta vida centenaria ysigue dando frutos) y un clímax en esa imponente construcción de ladrilloshechos a mano. También, Tempo se encarga de detallar con precisión el procesode molienda y la construcción de los molinos, y hasta invita a participar de unjuego de la época: buscar huevos en el inmenso jardín trasero, repleto deárboles frutales y coronado por la magia de un aljibe. El final promete músicay algún trago para no irse con la garganta seca. Un imperdible para cuandopodamos volver a viajar. Mientras tanto, a conformarse con la virtual.

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